Tom Petty, desde el corazón de América

Xesús Fraga
x. fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

JEFF HAYNES | Reuters

La leyenda del rock captó las vidas de los personajes humildes y anónimos del país en canciones que actualizaban su tradición musical

04 oct 2017 . Actualizado a las 08:47 h.

Como tantos otros de su generación, Tom Petty se quedó fascinado cuando de niño vio a Elvis en el programa de Ed Sullivan. Fue el germen de una carrera que lo llevaría a bucear en la tradición musical norteamericana para conseguir lo más difícil, actualizarla en un nuevo contexto sin llegar a perder la solidez de los clásicos. Petty construyó el sonido de sus canciones sobre el camino abierto por la primera generación del rock’n’roll y renovadores como Bob Dylan, pero, como tantos coetáneos, también miró hacia Inglaterra, con Beatles y Stones en el punto de mira: no en vano The Byrds, la fusión por excelencia del folk y el pop a ambas orillas del Atlántico. De hecho, el debut homónimo de Tom Petty and The Heartbreakers en 1976 pasó sin pena ni gloria entre sus compatriotas, pero los ingleses lo auparon a sus listas de éxitos, propiciando así una nueva vida para el álbum en territorio norteamericano, que descubrió la joya oculta que cerraba el vinilo: American Girl.

La canción encerraba como pocas la vida de la gente pequeña que habitaba el corazón de un país inmenso: criados a base de promesas, con la intuición de que algo mejor los esperaba en otro sitio, un sitio que sentían cerca pero al que no sabrían llegar nunca. Ese desvalimiento, teñido de melancolía y resignación, era el de los perdedores que saben que no tendrán una segunda oportunidad. Vecinos de esa infinita autopista norteamericana que, paradójicamente, los aleja de todo y de todos. Esa chica americana bien podría ser la protagonista de otro de sus clásicos, Free Fallin': inocente, enamorada de su novio... y de Elvis. 

Los estragos del amor

Pero Petty no se limitó a darle voz a los corazones desamparados de su país: también habló desde el suyo propio. The Waiting, A Woman In Love (It's Not Me), Even The Losers, Only a Broken Heart son, como pregonan sus títulos, estudio minuciosos de los estragos con los que el amor puede arrasar a alguien. Como habían hecho antes las de Chuck Berry, las canciones de Petty retratan con una sencillez inusitada los aspectos esenciales de toda vida, con el foco puesto sobre los anhelos y miedos de los sentimientos. Su pericia lírica, sumada a su sensibilidad melódica, lo consagró como uno de los grandes del cancionero norteamericano, con discos destacados como Damn The Torpedoes, Hard Promises, Full Moon Fever o Wildflowers. Ese estatus lo convirtió en un icono: de actuar en la Superbowl a que American Girl sonase, simbólicamente, en un momento clave de El silencio de los corderos.

Musicalmente, Petty también influyó en diversas generaciones y artistas de todos los ámbitos: su huella es perceptible en temas desde The Strokes a Wilco. De La Soul y Teenage Fanclub lo honraron en Fallin'; el Stay With Me de Sam Smith se inspiraba tan evidentemente en I Won't Back Down que Petty y su cocompositor Jeff Lyne cobraron por ello.

Lyne también acompañó a Petty en el supergrupo The Travelling Willburys, junto a sus ídolos de antaño George Harrison, Roy Orbison y Bob Dylan. Este último siempre trataba de vencer la proverbial humildad de Petty haciéndole ver que era un poeta con todas las de la ley. Aun así, Petty era reticente: «Es como si te comparan con un arquero pero no tienes ni el arco».