San Antolín de Bedón: ni iglesia ni Estado, ni privada ni pública

J. C. G.

CULTURA

San Antolín de Bedón
San Antolín de Bedón

El Principado se compromete a hablar de nuevo con Madrid de la propiedad estatal del monasterio, pero teme «una actitud cerrada del ministerio, como con la especialidad docente»

30 dic 2017 . Actualizado a las 11:39 h.

Ni de la iglesia, ni del Estado. Ni privada ni pública. Visible, pero no visitable. Ahí permanece la hermosa edificación medieval de San Antolín de Bedón, pegada al Camino de Santiago a su paso por la localidad llanisca de Naves y a la vez encallada en mitad de una encrucijada burocrática -y seguramente también política- de la que ayer volvió a hablarse en las instituciones asturianas. Fue a instancias de una pregunta al consejero de Cultura, Genaro Alonso, de la diputada autonómica de Podemos Asturies Lucía Montejo, a cuyo grupo preocupa lo que considera un «intento de expolio» de la iglesia-monasterio benedictina del siglo XIII y lo que desde el Principado se está haciendo al respecto. La respuesta de Alonso la reafirmación en que la consejería «tiene clara» su «responsabilidad de la conservación del inmueble», el recordatorio de las medidas que se han adoptado para proteger el perímetro del Bien de Interés Cultural (BIC) y un voluntarioso «no cejaremos» seguido de una comparación inquietante: «Me comprometo aquí a hablar con los responsables del Ministerio sobre esta cuestión, pero puede que sea como la especialidad docente, donde hay una actitud cerrada».

Es el último punto y seguido en un largo relato de indefinición patrimonial en el que se intenta esclarecer una larga controversia sobre la titularidad del monumento, incrustado en mitad de una propiedad privada que desde hace unos meses permanece cerrada al paso de los muchos visitantes que desean acceder a San Antolín desde el camino jacobeo. Los intentos de que el Estado asuma la titularidad que, según documentación recopilada y remitida al Gobierno central por las autoridades llaniscas y por la Asociación de Amigos del monasterio, han recibido dos rotundas negativas de la Administración central. El Estado no se tiene por propietario a pesar de los documentos de 1870 que lo mencionan como tal y tampoco concede la propiedad a los dueños del terreno, por lo que oficialmente San Antolín de Bedón es un bien vacante.

Pero un bien vacante que está sujeto a toda la protección que le confiere su catalogación como Monumento Nacional (1931) y Bien de Interés Cultural (1985), lo cual responsabiliza a las administraciones públicas competentes para que garanticen su conservación y cuidados. El Estado respondió como tal con un desembolso de unos 180.000 euros a finales del pasado siglo y la consejería, hace 11 años, con otros 65.000. Su intención ahora es forzar al Estado a reconocer la propiedad del venerable inmueble y recibir la transferencia de San Antolín. Pero eso requiere que el Estado haga el traspaso de una propiedad en las debidas condiciones de conservación; una inversión previa que es posible que también explique tanta reticencia.

Mientras tanto, los promotores del reconocimiento de San Antolín como bien público intentan que la otra parte se defina e intente demostar en los tribunales lo que el Estado no da por demostrado con los documentos que hasta ahora se han aportado. Por otra parte, y según explicó ayer Genaro Alonso en sede parlamentaria, los propietarios insisten en mantener cerrada la parcela por motivos de seguridad. Temen que cualquier accidente de un visitante pueda generarles responsabilidades.

Hoy por hoy, en misma dirección reman la consejería, el ayuntamiento de Llanes, la Asociación de Amigos de San Antolín, con refuerzos incluso transfronterizos, como la iniciativa de la diputada de Podemos Asturies en el Parlamento Europeo Tania Sánchez, que ha hecho llegar una pregunta a la Comisión Europea en la que apela a la obligación de la UE de velar por su patrimonio cultural. Pero también el apoyo europeo, si finalmente llega por el viejo Camino de Santiago, tendrá que encontrarse despejada la titularidad de una iglesia que empezó a entrar en el purgatorio del derecho el día de 1820 en que dejó de ser el templo parroquial de Naves y que ahí sigue.