«He encontrado en la OSPA unos colaboradores y cómplices totales para "Marrowbone"»

J. C. G. GIJÓN

CULTURA

Fernando Velázquez dirige a la OSPA
Fernando Velázquez dirige a la OSPA

El compositor de la banda sonora de la película del ovetense Sergio G. Sánchez dirige un «tráiler» musical antes de la premiére asturiana en Laboral Cinemateca

13 oct 2017 . Actualizado a las 16:15 h.

El pase especial de El secreto de Marrowbone esta tarde en el Teatro de la Laboral ha tenido dos protagonistas especiales y ha supuesto además su reencuentro: Fernando Velázquez, el compositor de la banda sonora del primer largometraje del ovetense Sergio G. Sánchez, y la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), con la que Velázquez grabó una banda sonora con un papel crucial en el thriller familiar y a su modo fantástico que se estrena el día 27 en salas comerciales. El compositor vizcaíno y la orquesta asturiana renovaron ya en el ensayo una «complicidad» que Velázquez aspira a repetir en el tráiler musical que ofrecerán en directo antes del pase. Y también, si puede ser, más allá, en futuras colaboraciones entre la formación y el autor de las partituras de El orfanato, Lo imposible, Un monstruo viene a verme, Ocho apellidos vascos, La cumbre escarlata... Como dice el propio Sergio G. Sánchez, en este pase, «las estrellas son Fernando y la OSPA».

-¿Qué ofrecen en esta premiére especial?

-Un resumen de la peli en forma de música, pero sin spoilers. Lo revela todo pero sin revelar nada. Es una manera que se vea el trabajo de la orquesta en la película, que es importantísimo, pero nunca se ve, solo se oye. Veremos a la OSPA en acción.

-¿Qué ha aportado su partitura a Marrowbone?

-La película tiene una personalidad muy marcada, un aire clásico que a mí me gusta mucho. Un aire clásico bueno. Y, aunque sea en inglés, no necesariamente americano ni anglosajón, sino simplemente de calidad y bien hecho. Es, hoy en día, algo muy difícil: tener una personalidad muy marcada cuando todo el mundo te pide que te parezcas a, que seas como. Y aquí también la propia personalidad del artista, lo que he he intentado con la partitura y lo que he compuesto, he intentado que tenga ese, no sé, querer ser ella misma, sin querer ser una cosa, sin querer ser otra y sin querer dejar de ser lo que es. Parece un trabalenguas, pero es muy importante. Y además, sin complejos. Algo que resulta complicado.

-Son ya muchas producciones dando réplica musical a las historias de Sergio G. Sánchez. ¿El diálogo seguirá?

-Él ya sabe que todas las veces que quiera. Me siento muy, muy afortunado por todas esas colaboraciones. Y en este caso, además, por haberla hecho aquí, algo que nos hemos currado entre todos. No es algo que nos hayan dado; nos lo hemos trabajado. Yo veo el trabajo de la orquesta, el trabajo que hay detrás de montar la película en Asturias, y no voy a decir que es un milagro, porque ha sido algo posible, pero sí algo por lo que hay que luchar. Y, en ese sentido, me parece bastante admirable la lucha de Sergio y de los productores por hacerla aquí y traer esa pequeña industria que tenemos, y lo mismo con la orquesta. Grabar con esta orquesta es una maravilla. Lo malo de esto es que uno hace cosas tan maravillosas que se pregunta: «Lo siguiente, ¿qué va a ser?»

-Eso: ¿qué va a ser?

-La verdad es que no lo sé, pero hemos dejado el listón muy alto. No solo por el resultado artístico, que es muy importante, sino porque hay algo más, algo que nunca se valora pero que para mí es tan importante como el resultado final, que es cómo lo hemos pasado haciéndolo; no solo cómo suena la música sino cómo hemos disfrutado haciéndola. En el ensayo para esta noche he disfrutado incluso más de lo que voy a disfrutar en el concierto… y ya es difícil. El grupo humano es importantísimo. En el caso de la OSPA nos hemos encontrado colaboradores y cómplices totales, que preguntaban qué había que hacer y se ponían a hacerlo como locos. Y eso es una maravilla.