Maxi Iglesias: «Por supuesto que me han dado un plantón»

Ana Montes

CULTURA

En «Ingobernable» se juega la piel como hacker por una mujer y en «El Guardaespaldas» repite protegiendo a una estrella de la música. El teatro le está dando la oportunidad de vivir de lleno el calor del público, pero su lado juguetón es capaz de afirmar con sorna: «Canto mejor en la ducha que en la función».

06 nov 2017 . Actualizado a las 17:33 h.

Su punto fuerte es la mirada, pero en El Guardaespaldas pone en acción hasta su propia voz cantando a la portentosa protagonista del musical una canción. El Maxi Iglesias (Madrid, 1991) de Física o Química muestra su lado más adulto en este espectáculo sorprendente, que es su «primera vez» sobre las tablas. Y convence. Quizás porque, como dice, tiene el alma transparente para dar y recibir lo mejor. O también porque busca dentro de sí mismo ser auténtico. Eso y su cara de buen chico le llevaron alguna vez en lo personal a hacer el papelón de colar alguna mentirijilla sin importancia para salvar a un amigo en apuros. Pero, anécdotas aparte, la carrera de Maxi sigue apuntando alto.

-Iván Sánchez y tú compartís papel. ¿Temes que el público os compare?

-Lo hacemos para compaginarlo con otros trabajos. Pero no creo que vaya a ser un duelo. Siempre va a haber comparaciones, porque cada uno tenemos nuestro estilo y una trayectoria. Pero ambos hemos interiorizado y trabajado mucho el personaje. A lo mejor podemos tener diferentes públicos: Iván, gente más adulta, y yo, más joven. Pero eso no va a hacer que nuestro trabajo deje de contentar a todos y que hagamos creíble al guardaespaldas.

-¿A ti te gusta cuidar o eres más de que te cuiden?

-Ambas cosas. No está de más que le cuiden a uno e intentar ayudar siempre a los tuyos sabiendo que cada uno toma sus decisiones y tiene todo el derecho del mundo a acertar o equivocarse. Pero si me piden ayuda o veo que las cosas no están saliendo como deben y puedo opinar, la ofrezco.

-¿Eres muy controlador?

-Me gusta tener mis cosas controladas pero no me gusta controlar a los demás, siempre y cuando no sea algo que me afecte a mí. Intento vivir y dejar vivir. Es un error intentar imponer tu punto de vista a todo el mundo. Lo bonito y estimulante es que cada uno de nosotros sea diferente.

-Te estrenas subido a las tablas del teatro. ¿Qué te está dando esta primera vez?

-Estoy experimentando un proceso totalmente nuevo. Es todo precioso porque vives de lleno el calor del público. Además es una función que da para reír, para llorar, es un thriller, hay muchos golpes de misterio y eso a la gente le inquieta y le impacta. Y además tenemos la historia principal, que es de amor. Ver la reacción de la gente a todo esto es muy satisfactorio.

-Nos sorprendes cantando un tema no con mucho tino...

-En la función me enfrento a este reto en uno de los momentos más tiernos, que no tiene más objeto que crear un contraste. Pero yo en la ducha canto mejor que en la función [risas].

-Uno de los protagonistas es un niño. ¿Te recuerda a cuando tú hacías cástings de pequeño?

-Hoy veo niños muy preparados que saben que se van a dedicar a esto y se nota su esfuerzo. Para mí actuar era solo un hobby y no contemplaba dedicarme a esto. Los rodajes y las fotos me las tomaba como un juego, y eso es lo que quiero para ellos: que no se convierta en algo serio y monótono, que realmente les apetezca, pero no porque mañana vayan a ser conocidos. Las preocupaciones y las obligaciones ya nos vienen luego de adultos.

-¿Cuánta energía contagia Fela en el escenario?

-La energía que tiene y su saber estar en el escenario es bestial. Es un portento. Eso la gente lo palpa como no podría ser de otra manera, que en esta obra no hubiera esa energía.

-¿Qué canción prefieres de Whitney Houston?

-Tengo varias. Una es la de Run to You y I’m Every Woman, que me parece una declaración de intenciones muy chula y expresa esa sensualidad femenina, esa herramienta magistral que toda mujer tiene. En el musical queda muy clara la fortaleza de una mujer muy segura y capaz de tomar decisiones. Así que me encanta por eso.

-Whitney Houston hacía música negra. Y tú, ¿de qué color tienes el alma?

-Intento tener el alma transparente para sacar lo mejor e intentar recibir también lo mejor.

-En «Ingobernable» también haces de protector de otra mujer.

-Ingobernable es una serie que habla de mujeres ingobernables que no se dejan llevar ni guiar por las pautas y tienen su propio criterio. Esto es muy importante, pero no solo en las mujeres, sino en cada individuo. Hay que sacar esa potencia y energía que cada uno llevamos dentro.

-Haces de «hacker» de look radical. ¿Habéis terminado de rodar la segunda temporada para Netflix?

-No, de hecho ese es uno de los motivos por los que comparto papel con Iván, porque tendré que ir a terminar de grabar una temporada aunque aún no se ha determinado dónde.

-¿Ha levantado mucha polvareda esta serie en México, ya que tratáis el tema de la corrupción entre otros?

-Ha impactado mucho porque habla de forma muy frontal y sin censuras de situaciones reales de México combinadas con amor, amistad y tensión. Y este es el punto fuerte de Ingobernable. Estas plataformas están dando la posibilidad de contar este tipo de cosas, y quienes las eligen saben a lo que se pueden enfrentar, que a lo mejor es a lo que quieren enfrentarse. Quizás por eso tienen tanto éxito. Se le da al público lo que quiere y se le trata de manera inteligente sabiendo que va a saber diferenciar la ficción de la realidad. Aunque a veces te das cuenta de que no siempre queremos saber lo que está ocurriendo, porque igual no nos gusta.

-¿Ha despertado «Ingobernable» tu lado rebelde?

-Ha despertado muchas cosas en mí. Ha despertado la pasión por trabajar fuera de mi país, algo que hace tiempo que no hacía, lo cual es bueno para no acomodarse, aunque nunca lo he querido y por eso siempre he buscado cosas diferentes que reforzaran mi visión. Y también me ha despertado tener que fijarme y reproducir cómo la gente vive en un barrio tan peculiar como es Tepito, en Ciudad de México, cargado de represión y peligrosidad.

-¿Te la has tenido que jugar en algún momento?

-Me he sumergido en el barrio de Tepito porque necesitaba sumergirme en esa energía y conocer de dónde procedía esa leyenda urbana. Y lo que he descubierto es que es un barrio en el que puedes conseguir de todo y a lo mejor hasta no sales de ahí.

-¿Alguna mala experiencia en algún tugurio?

-No, el mismo barrio ya es eso y caminar por la calle ya te da ese ambiente, esa energía de que todos se conocen y cuando ven algo diferente se avisan entre ellos, se silban unos a otros para mandarse señales.

-¿Qué aborreces que te hagan hacer?

-No me gusta tener que contar algo que yo estoy viendo que no es así. Tengo la buena suerte de conocer gente de muy diferentes ámbitos con diferentes estilos de vida, y enseguida veo si es creíble y si es factible o no lo que me proponen contar. Y si yo creo que no va a encajar o que el público no se lo va a creer, porque cada vez el público es más exigente y no quiere que se rían de él, voy a poner la máxima atención a la hora de escoger o rechazar un papel. Esto es algo fundamental.

-¿Te ha tocado alguna vez hacer el típico papelón?

-Sí, alguna vez con la madre de algún amigo que se ha metido en líos y me ha llamado a mí para que diese la cara por él, aunque yo ni siquiera había estado presente.

-Eso es que recurrían a ti porque eras creíble, ¿no?

-Sí, y porque he intentado siempre no meterme en líos, que todo estuviese bien. Si yo les decía a los padres de unos amigos que íbamos a ir a un sitio concreto, sabían que era verdad porque no se me ocurría mentir.

-¿También te ha ayudado tener cara de buen chico?

-[Risas] Intento favorecer siempre a los demás todo lo que puedo poniéndome en su lugar, excepto cuando algo atenta directamente a mis intereses o es malo, porque bastantes malas situaciones en el mundo hay como para que nosotros las favorezcamos.

-¿Tienes alguien fijo con quien recorrer el mundo?

-Mi madre es la persona que me ha transmitido esta pasión por el viaje y con la que más disfruto viajando hoy por hoy.

-¿Es el espejo el mejor amigo de un actor a la hora de ensayar?

-No, y de hecho en los ensayos hemos quitado el espejo, lo cual me ha parecido bien. Porque al final no se trata de actuarte a ti mismo. Se trata de que la gente que te vea se crea lo que ve y, en el espejo, al final te ves tú.

-¿Qué parte de tu cuerpo es la que resulta más importante para ti?

-Todo lo que puedas transmitir con el cuerpo es fundamental. En el musical hacemos un trabajo de expresión corporal bestial. Tenemos que estar constantemente en tensión, en una postura de protección y de alerta, y es bastante cansado. Pero yo creo que transmito más con la mirada que, en según qué momentos, puede decir mucho.

-¿Y este es también tu gancho a la hora de tirar el anzuelo?

-Es algo que no se piensa. Pero lo mejor es ser tú mismo, y así no va a haber confusiones ni decepciones. Luego la mirada puede reforzar, obviamente.

-¿Alguna vez te han dado plantón?

-Sí, claro que sí me han dado plantones. Seas como seas siempre puede pasar que tu cita tenga un retraso o pierda un vuelo o simplemente no llegue [risas].

-¿Qué es lo que más te ilusiona?

-Viajar, mi trabajo, mi gente, mis amigos, mi familia. Y me ilusiona disfrutar de las pequeñas cosas. 

-¿Qué te gusta hacer en un día de tormenta?

-No le tengo miedo a la lluvia y no me dejo los días malos para ir al cine. Por ejemplo, me encanta la lluvia en Galicia, y a la hora de hacer planes también me puede gustar estar en algún mirador viendo llover a través de la cristalera.