Maureen O'Hara ya lo denunció hace 70 años: «Se ha vuelto tan insoportable que odio venir a trabajar cada mañana»

La Voz / Europa Press

CULTURA

La mítica actriz aprovechó una entrevista en 1945 para sincerarse: «Por no permitir que me besen o me toqueteen, han contado por toda la ciudad que no soy una mujer, sino una fría estatua de mármol»

06 nov 2017 . Actualizado a las 19:09 h.

Han pasado más de 70 años y las cosas siguen exactamente igual. Una entrevista publicada por The Mirror en 1945 demuestra que el acoso sexual en la industria del cine no es algo reciente ni cosa de un par de nombres poderosos. También, que ya existían entonces valientes, dispuestas a no quedarse calladas y denunciar la situación. Como la actriz irlandesa Maureen O'Hara. El pianista James Rhodes ha recuperado un extracto de esa pieza del rotativo inglés y la ha compartido en su Twitter. En él, la intérprete revela que se estaba haciendo famosa en Hollywood por ser «una patata fría sin atractivo sexual» por su negativa a mantener relaciones de índole sexual con personas de la industria cinematográfica.

La denuncia que hizo hace siete décadas O'Hara cobra especial relevancia ahora, después de la ola de acusaciones por acoso contra el productor de cine Harvey Weinstein, despedido de su propia compañía; o contra el actor y protagonista de la serie House of Cards Kevin Spacey, denunciado por trabajadores de la serie.

«Estoy tan molesta por eso que estoy dispuesta a dejar de Hollywood», aseguraba Maureen O'Hara  en la entrevista con The Mirror. Según publica también el medio digital Refinery29, la actriz declaraba: «Se ha vuelto tan insoportable que odio venir a trabajar cada mañana».

La irlandesa se definía como «una víctima indefensa de una campaña de descrédito en Hollywood». «Por no permitir que el productor o el director me besen cada mañana o me toqueteen, han contado por toda la ciudad que yo no soy una mujer, sino una fría estatua de mármol», lamentaba. «Supongo que Hollywood seguirá sin considerarme otra cosa que no sea un frío trozo de mármol hasta que me divorcie de mi marido, abandone a mi bebé y ponga mi nombre y fotografía en todas las portadas. Si esa es la idea que Hollywood tiene de lo que debe ser una mujer, estoy preparada para marcharme ahora», concluía.

También Tippi Hedren

No es la única actriz que ha denunciado haber sido acosada sexualmente en el pasado. Tippi Hedren, la estrella de Los pájaros de Alfred Hitchcock, denunció en sus memorias que el director la acosó sexualmente cuando rodaban juntos en la década de los 60. La actriz relataba en Tippi la enfermiza obsesión que desarrolló el cineasta con ella, y cómo nunca lo denunció porque en aquella época el acoso no era un delito. Hedren detallaba en sus memorias, que salieron a la venta el 1 de noviembre del 2016, la relación que mantenía con Hitchcock después de mudarse de Nueva York a Los Ángeles tras su divorcio con Peter Griffith.

La gitana Esmeralda

Maureen O'Hara murió en octubre del 2015, a los 95 años. Perteneciente a la Edad de Oro, se hizo popular por títulos como ¡Qué verde era mi valle!, Simbad el marino o El hombre tranquilo. La veterana intérprete fue reconocida con un Oscar honorífico por toda su carrera.

Famosa por su llameante cabello pelirrojo, fue Charles Laughton junto con Eric Pommer quienes lograron convencer a O'Hara para iniciarse como actriz con un contrato de siete años con Mayflower Pictures. Tras estar en dos producciones bajo el nombre de Maureen FitzSimons, su primera película fue La posada de Jamaica dirigida por el celebrado Alfred Hitchcock.

En 1939 se convertiría en la gitana Esmeralda de Víctor Hugo en Esmeralda la zíngara que fue su trampolín hacia el estrellato. Ese mismo año conocería a John Wayne, con el que tendría una gran amistad que duró toda su vida. En 1941 John Ford le eligió para estar en ¡Qué verde era mi valle!, película que obtuvo cinco premios Oscar. Pese a todos los reconocimientos, la interpretación de O'Hara no logró convencer a los académicos de Hollywood, que nunca la nominarían a los Oscar. Pese a ello, en el 2015 consiguió un premio honorífico por toda su carrera, siendo la segunda actriz tras Myrna Loy en alzarse con este reconocimiento sin estar antes nominada.

Reconocida por sus intervenciones en El cisne negro, Simbad el marino o La isla de los corsarios, fue una de las actrices habituales de John Ford, que también fue uno de sus grandes amistades en Hollywood. Con él estaría en Río Grande y El hombre tranquilo, por el que sería recordada para siempre en la historia del cine. Sus últimas apariciones en la gran pantalla fueron en 1991 con Yo, tú y mamá y en la televisión en el 2000 con el telefilme El último baile.