«Suburbicon», Coen de Clooney, gran reserva

miguel anxo fernández

CULTURA

La película está entre las mejores creaciones de Clooneym cuya amistad y empatía con los hermanos Coen es bien conocida

14 dic 2017 . Actualizado a las 08:06 h.

El bodeguero es George Clooney, pero el vino es un Coen gran reserva, aunque en barrica de roble americano, que es más duro, cuentan los expertos. Seguramente, de haber estado ellos al frente de la cosecha habrían elegido el roble francés, más caro y que da al vino una mayor elegancia. Pero Suburbicon está entre las mejores creaciones de Clooney, cuya amistad y empatía con los hermanos Coen es bien conocida, además de haber trabajado en cuatro de sus filmes. Le cedieron un viejo guion ambientado en los «felices» años 50, cuando los Estados Unidos estaban instalados en sus mayores cotas de autoestima, convencidos de ser un pequeño edén como esa población de adosados, cuidado césped al pie de casa, coche, trabajo para todos y lo que te rondará. Pero habiendo ganado la Segunda Guerra Mundial, purgado con sonrojo el fantasma comunista con el paranoico senador McCarthy y su caza de brujas, y manteniendo a raya al Mal encarnado en los sóviets de la URSS, en ese paraíso no era oro lo que relucía, así que, tirando de sus costuras, los Coen -con los añadidos al guion del propio Clooney y del actor y productor Gran Heslov- encontraron por donde colar las miserias de una sociedad más enferma de lo que ellos mismos se creen...

Tomando como partida un suceso real de finales de los cincuenta, aflora la intolerancia, el racismo, la hipocresía y la moral de baja estopa, todo metido en la batidora con un añadido de sal gruesa y de crónica negra con pizcas de sátira descarnada, a ratos próxima al cartoon. Uno sale de la sala convencido de que realmente la han dirigido los Coen, aunque estos quizá le habrían añadido un pegamento más consistente, con ser muy homologable el empleado por Clooney. Al barrio llega una familia negra, algo inaudito para la comunidad, que le hace la vida imposible. Pero en la casa lindante, una como cualquiera de las que habitan los intolerantes, ocurren cosas muy raras que llevan a un encadenado de crímenes. Filmada con prestancia, cuidada de Arte, bien elegido el casting -esos caretos…- y una Julianne Moore que se sale.