Marina San José: «Mis padres me dicen que me deje llevar»

Virginia Madrid

CULTURA

Creció con la banda sonora de sus padres, Ana Belén y Víctor Manuel, e hizo algunas giras con ellos haciendo los coros, pero lo suyo es el teatro: «Es mi pasión, aunque me impone mucho». «Soy muy casera y me encanta pasear con mis perros», apunta.

04 feb 2018 . Actualizado a las 19:03 h.

Tiene una risa contagiosa, y aunque es bastante tímida y reservada cuando se le pregunta por su faceta más personal, ya brilla con luz propia sobre los escenarios. Cuando a Marina San José (Madrid, 1983) le dices que se parece a su madre, la actriz y cantante Ana Belén, lo recibe con orgullo y un agradecido: «Muchas gracias. Fíjate, yo creo que me parezco más a mi padre, pero es verdad que tengo muchos gestos de mi madre». Con decisión y paso firme, así ha ido labrando su carrera como actriz la madrileña. «Cuando llegan los proyectos, los estudio y los abordo como mejor sé». Y, ¿les pides consejos a tus padres? le preguntamos. «Ni mis padres son de dar consejos ni yo de pedirlos. Ellos me dicen que disfrute, que aprenda de cada trabajo», asegura.

-Regresas al teatro con la obra «El Test» para plantearnos un gran dilema: elegir entre ganar 100.000 euros hoy o un millón dentro de una década.

-Sí. Estoy contenta, porque la obra ya tuvo mucho éxito la temporada pasada y además de que el público entra en el texto muy rápido, empatiza con los personajes desde el principio. Es una función muy divertida y estoy feliz.

-¿Qué pensaste cuando te ofrecieron participar en este proyecto?

-¡Menuda suerte! Siempre que he trabajado con la familia Larrañaga me ha hecho sentir muy a gusto. Ya trabajé con ellos en Hermanas. Son muy buena gente y grandes actores, de forma que cuando me propusieron este personaje, enseguida me interesó. Además el texto es genial, muy divertido y los espectadores entran muy rápido en el dilema.

-Por cierto, ¿tú qué elegirías?

-Fíjate, todavía no lo sé. Pero como estoy muy influenciada por Berta, mi personaje, que es una pájara, te diría que el millón. Ella considera que coger los cien mil es de fracasados. Menuda es.

-Interpretas a Berta, una psicóloga un poco marisabidilla.

-Y repelente y petarda y superficial y ambiciosa. Es terrible. ¡Ja,ja,ja! Menos mal que no nos parecemos en nada. Es muy divertido cuando hago personajes tan alejados de mí, porque aprendo mucho y puedes vivir otras vidas. No me extraña que al público mi personaje le caiga fatal.

-Y tú, ¿eres ambiciosa?

-No. Yo soy feliz con mi trabajo. Quiero hacerlo bien, que la gente disfrute, y deseo seguir aprendiendo y creciendo como actriz.

-Ahora te vemos en una comedia, pero también has hecho mucho drama. ¿Qué prefieres hacer?

-Sí, como Las tres hermanas o Mathilde. No me defino por dramas o comedias. Cuando llegan los proyectos, los estudio y los abordo como mejor sé.

-Tus primeros trabajos fueron sobre el escenario. ¿Qué te regala el teatro? ¿Qué sientes cuando se sube el telón y comienza la función?

-Es mi vida, mi pasión y donde más he trabajado. Mi primer trabajo fue en El cartero de Neruda. Lo disfruto mucho, porque es muy instantáneo, ves en directo la respuesta de la gente y aunque es muy sacrificado, adoro hacer teatro. Cuando voy a entrar en el escenario me invade una gran emoción y también me impone mucho, porque es una gran responsabilidad.

-¿Cuál es el primer recuerdo bonito que tienes del teatro?

-¡Hum! De la obra La bella Helena que hizo mi madre con José Carlos Plaza en el Teatro Albeniz. Me sabía los diálogos de memoria. Me entusiasmaba. Y un día, por fin, salí al escenario. Fue inolvidable.

-Teniendo a tu madre como un gran referente del oficio. ¿Qué consejos te da ahora?

-Ni mis padres son de dar consejos ni yo de pedirlos. Ellos me dicen que disfrute, que aprenda mucho de cada proyecto y que me deje llevar.

-Pero me imagino que irán a verte al teatro. ¿Verdad?

-¡Claro! Son mis padres, me apoyan y están a mi lado en cada nuevo proyecto.

-Cuéntanos, ¿cómo vives las horas previas a salir al escenario?

-Llego tranquila al teatro, me maquillo y preparo la voz haciendo un calentamiento vocal. No soy nada supersticiosa ni tengo rituales. Y antes de empezar, charlamos un poco todos juntos, para ver cómo estamos, cómo nos ha ido el día y después nos deseamos suerte y al escenario.

-¿El aplauso es la mejor recompensa?

-Es algo increíble. Es la respuesta del público de que la obra y el trabajo de los actores han gustado, porque los espectadores también forman parte de la función, les escuchas reírse, sorprenderse y hasta emocionarse. Es muy gratificante.

-¿Quiénes son tus referentes en el mundo de la interpretación? ¿A quién admiras?

-No tengo ídolos ni una actriz favorita. Me fijo más en la interpretación de un personaje determinado que en un actor en concreto. De lo último que he visto, Javier Gutiérrez está extraordinario en El autor.

-¿Siempre soñaste con ser actriz y vivir mil y una vidas a través de la interpretación?

-¡Qué va! Yo de niña quería ser veterinaria, porque me encantan los animales, cuidarlos, pero no operarlos, no sería capaz. Cuando terminé el instituto, no sabía qué hacer, me atraía el oficio de actriz, porque lo había vivido desde niña en casa con mi madre, pero no lo tenía muy claro. De forma que fui a clases de interpretación en el Laboratorio de William Layton para comprobar si me gustaba o no. Descubrí que era lo mío, ya que me sentí a gusto enseguida, decidí ampliar mi formación y hasta hoy.

-Y dedicándose tus padres a la música, ¿no te tienta cantar?

-No. Les he acompañado en algunas giras y les he hecho los coros, pero nada más. Por ahora estoy centrada en la interpretación, que me fascina.

-¿Cómo es Marina de puertas para adentro?

-Soy muy casera. Me encanta pasear con mis perros por La Quinta de los Molinos en Madrid y disfruto también leyendo una novela o viendo una película en casa.

-Y, ¿cómo desconectas de las funciones y los ensayos?

-Con mis animales. Tengo dos perros y dos pájaras. Y salir a pasear con ellos y cuidarles me ayuda a relajarme.

-¿Eres de series? ¿A cuál estás enganchada?

-No mucho, la verdad. No le he pillado el punto. Bueno, ahora veo Traición, en la que participa mi madre.

-¿La verás con tus padres?

-No creo. Pero nos mandamos algún wasap comentando los personajes y la trama.

-Y, cuando celebráis una comida familiar, ¿habláis del oficio?

-¡Qué va! Para nada. Charlamos sobre cómo estamos, que es lo realmente importante.

-¿Hacia dónde va Marina San José? ¿Cuál es tu próximo objetivo?

-Deseo seguir aprendiendo y disfrutando tanto de este oficio como hasta ahora. Te diría que intentar salir de la zona de confort, porque aunque enfrentarse a cosas nuevas siempre da miedo, es una buena forma de progresar y crecer.