Coque Malla: «Si no tengo una guitarra, me pongo nervioso»

CULTURA

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El que fue líder de Los Ronaldos acaba de lanzar «Irrepetible», un disco en directo en el que se acompaña de artistas como Iván Ferreiro, Jorge Drexler, Neil Hannon o Santi Balmes

16 feb 2018 . Actualizado a las 11:19 h.

Una especie de euforia contenida por la madurez desprende Coque Malla. Tanto al cantar, como al hablar de su obra. Superada de largo la condición de exmiembro de un grupo tan mítico de la posmovida como Los Ronaldos, su trayectoria en solitario se deja llevar por el reto, la intuición y el capricho de autor. El último se encuentra en Irrepetible, un disco muy especial para él. Trata de condensar en un cedé y un deuvedé lo que se conjuró el año pasado, en el Teatro Nuevo Alcalá de Madrid. Allí revisó su carrera junto a artistas como Jorge Drexler, Iván Ferreiro o Neil Hannon.

-Aunque en los ochenta era algo obligado, hoy en día lanzar un disco en directo resulta algo atípico. ¿Por qué lo saca usted?

-Vaya, no me había planteado eso. ¿Tú crees que es así? No lo sé. En mi caso pienso que, para entenderme como músico de manera completa, hay que verme encima de un escenario. Con Los Ronaldos sí, pero en solitario no tenía ningún disco. Quería una foto sobre el escenario de un momento muy dulce, que es el que estoy viviendo ahora. Este era el momento de sacar la cámara y grabar.

-En la hoja promocional, Arancha Moreno recalca que se oyen aplausos, risas y hasta respiraciones. ¿Se ha pretendido que fuese todo muy real?

-Sí, claro. Tampoco es un trabajo de ingeniería de sonido brutal. Lo que hay que hacer es respetar lo que hay, ser consciente de que ha ocurrido magia y que esa magia no se puede eliminar. A mí a veces me sorprende lo que oigo en algunos discos en directo. Me parece casi más difícil cargarse la vitalidad de lo que ha pasado y convertirlo en algo artificial, que simplemente no intervenir y dejar que la energía del público fluya sin más.

-Ya que habla de magia, ese «Hace tiempo» con Iván Ferreiro desprende muchísima. ¿Qué ocurrió ahí?

-Bueno, Iván, yo y mucha gente intuíamos que algo iba a pasar. Los dos somos muy amigos desde hace mucho tiempo. Esa canción para Iván es muy especial. Para mí es muy especial. En sí misma es especial. Había muchos elementos que propiciaban que pudiera ocurrir algo más con esa actuación. Pero además, pasó algo extra, que no puedes controlar. Tuvimos la suerte de que así fue. Tiramos los dados y pasó. No se puede explicar. Tú me preguntas qué paso. Pues no lo sé. Y menos mal que no lo sé, porque ahí está el misterio. Eso es lo que nos hace subirnos al escenario noche tras noche.

-También sale Neil Hannon de The Divine Comedy. Hace años me decía en una entrevista que le había marcado especialmente. ¿Existiría un disco como este de no haberse cruzado en su camino?

-No lo sé. Buena pregunta, pero imposible de contestar. Yo creo que sí, que estaba preparado para ello. Son muchos años escuchando bandas sonoras, a Sinatra, a The Beatles... Digamos que Neil Hannon fue el catalizador de todo eso, lo cual es muy hermoso. A mí desde pequeño me conmueven las canciones donde lo lírico y lo sinfónico juegan un papel fundamental. Eso se va fraguando hasta que, de repente, The Divine Comedy me da la pista de que yo puedo hacer un disco así. Pero creo que, si no estuviera Neil Hannon, estaría otro.

-En el 2018 muchos de los músicos de los ochenta tienen más pasado que presente. En su caso, parece que mira atrás lo justo.

-El presente está siendo muy cariñoso conmigo y yo con él. Uno tiene que darse cuenta de que vive un momento estupendo, en lo musical, y mirar adelante. Lo que pasó hace años fue estupendo, pero en muchos aspectos lo que está ocurriendo ahora es mejor. Tiene más categoría, más profundidad, más complejidad y más proyección. Siento que desde este sitio me quedan muchísimas canciones por hacer. Me quiero concentrar en eso. Con el recuerdo de Los Ronaldos no puedo mirar hacia delante, pero con lo que está ocurriendo ahora sí.

-¿Qué le lleva a seguir escribiendo canciones 30 años después del primer disco de Los Ronaldos?

-Buff, es una enfermedad maravillosa y una cosa compulsiva que me hace sentir muy bien. No puedes hacer otra cosa, no puedes escapar de ello y tienes que hacerlo todos los días. Si no tengo una guitarra cerca, me pongo nervioso. Empiezo a notar una especie de vértigo y a sentir un mono extraño. Esta adicción te da muchas satisfacciones. Vivo con ella encantado.