«Aunque a veces gritemos, nuestra música va más por 'te lo cuento al oído'»

J. C. Gea

CULTURA

La banda asturiana Alberto & García inicia el viernes en La Salvaje la gira de presentación de su nuevo disco, «El buen salvaje»

13 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ha pasado más de un año desde que Alberto & García, una de las más bandas más personales del escenario musical asturiano, publicase su peculiar Voladores, un disco-documental grabado al aire libre y atravesado por el espíritu de la inmediatez y el directo. Ahora llega el turno a una experiencia completamente opuesta en su proceso: El buen salvaje es un trabajo en el que, sin perder la fuerza ni frescura en sus composiciones, la formación liderada por Albertto García ha intentado exprimir al máximo las posibilidades que permite el estudio: «Repetir tomas, grabar añadidos y sobre todo tener tiempo para cambiar cosas y jugar con ellas». Lo han hecho en una estrecha colaboración con el productor Tony Brunet en C'An Joan y Audiomatic Studios de Madrid con un programa muy claro de trabajo: «La columna vertebral del disco está tocada en directo, en estudio pero en directo, y a partir de una toma que viéramos adecuada, hemos empezado a construir el resto de la canción». Lo presentan el viernes, 16, en la sala ovetense La Salvaje abriendo una gira que les llevará por Valladolid, León, Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza y que regresa a Asturias para recalar el 28 de abril en la gijonesa sala Memphis.

-Desde la carátula hasta el último detalle del sonido, El buen salvaje transmite una sensación de unidad, de proyecto muy compacto y estudiado. Casi, casi de aquello que se llamaba un «disco conceptual»...

-Sin irnos por las ramas de lo conceptual y del artista como genio, sí que estamos muy fundamentados en un concepto, y queríamos -y queremos- que se note en todo lo que hacemos. Empezamos hace años a hacer nuestros propios diseños por falta de presupuesto, y ahora mismo, aparte de que nos gusta mucho, encontramos que es la única manera de cuidarlo todo hasta el más mínimo detalle: el control absoluto de la obra. Evidentemente, para nosotros el apartado físico, la estética, era muy importante; por un lado, teníamos claro que no queríamos salir nosotros con la típica foto, y después, el saxofonista del grupo es pintor y estaba junto trabajando una historia con fotos intervenidas, pintadas, y nos dio la idea de utilizarlo para el disco: el collage de la portada, las ilustraciones interiores… Jugar un poco con todo eso, que resume de alguna manera de forma visual lo que después se va a escuchar. El día en que salió el disco, sacamos el disco íntegro a YouTube con un vídeo para cada una de las canciones, con su letra. Todo eso está hecho por nosotros con la idea de que sea una obra compacta. Quizás es un porrón de información de primera, pero a nosotros nos gustan esos discos que acompañan, que van sonando en el coche, en casa, en el ordenador, y se va desgranando durante los meses. Hay suficiente material en todo este proyecto como para que aquel que quiera indagar vaya descubriendo cosas nuevas.

-El pop es por definición efímero. ¿Se resisten a eso?

-Claro, claro. A cualquiera que le guste la música en general le gustan ese tipo de discos que te entran tres o cuatro canciones muy fáciles, aunque aquí creo que no hay ninguna difícil. Pero los que gustan más son aquellos que de tres o cuatro pasan a ser siete, luego ocho, y acabas dándote cuenta de que te gusta el disco entero. Tenemos muy estudiado el orden de las canciones, la estructura del disco. No hubo duda prácticamente a la hora de ordenarlas porque teníamos claro ese proceso para el oyente, siendo un disco que estilísticamente es verdad que da a varios palos; pero nosotros vemos un nexo de unión, una especie de juego que se le propone al oyente para que acompañe y se vayan descubriendo cosas. El que quiera investigar tiene ahí para rato: tenemos todavía nosotros…

-Sorprende abrir la carpeta y encontrarse una cita de Albert Camus. «En las profundidades del invierno, finalmente comprendí que en mi interior habitaba un verano invencible». Nada pop, tampoco.

-Una cosa que siempre hicimos, incluso desde un EP que autroprojimos, es coger esa referencia de la cita que se ve sobre todo en libros. Nos parece una figura interesante en un disco. Lo tenemos un poco como tradición. En esa frase de Camus nos gustaba sobre todo esa expresión de «el verano invencible», hasta el punto de que el disco estuvo a punto de llamarse así. Yo soy muy fanático de Camus. Para esta cita tuvimos que dar vueltas para buscar la traducción más adecuada.

-¿Y lo del buen salvaje? ¿Qué pinta aquí Rousseau?

-No solo es el buen salvaje de Rousseau. Las primeras referencias a ese concepto son de la conquista de América… las bulas papales… todo aquello. Bueno, un rollu. Pero era un concepto que resumía bien el concepto de contacto entre culturas y todo lo que hay en torno ese mito.

-Ya que estamos con literatura, vayamos a las letras. Se las sigue viendo muy cuidadas, pero ¿hay alguna dIferencia respecto a discos anteriores?

-Yo quiero pensar que sí. Es un concepto muy manido, pero te podría hablar de algo como la madurez. Hay, al menos, una intencionalidad, aunque haya recursos literarios, de ser más directo, intentar a veces incluso ser evidente. En este disco hay canciones que dicen exactamente lo que dice la letra, sin más vueltas. Hay una labor de orfebre, de mucho trabajo de los textos. Se corrigieron cosas incluso en el estudio de grabación. Palabras puntuales, pero se siguió en ello: un cambio de dicción, una cosa que pruebas y suena mejor, una palabra preciosa pero tiene una S y una C y suena mal cantada… Lleva su curro.

-Y la música, por fin. Es un disco que viaja por muchos sitios, casi al borde de lo exótico. ¿De dónde viene todo lo que hay en él?

-Hay desde luego una intencionalidad de exotismo que está relacionada con el título del disco. Tiene dos vertientes; una está relacionada con lo que veníamos haciendo, quizá en el disco anterior por la limitación de la instrumentación y la inmediatez no son tan evidentes, esta vez con la herramienta del estudio nos ha permitido hacer cosas como que un mismo músico grabase tres instrumentos diferentes, y eso en un concierto en directo no lo puedes hacer. Y también está nuestra labor de investigación personal de los diferentes estilos, la digestión de esos estilos, va creciendo y avanzando conforme pasa el tiempo. Cada año es un año más juntos, un año más de entendimiento mejor, y eso se transmite. Me gusta pensar que no son ejercicios estilísticos, sino nosotros tocando esas canciones.

-¿En qué sentido?

-En mi caso, por ejemplo, toco un tres cubano; pero no soy un tresista cubano, soy yo tocando un tres cubano, haciéndolo sonar. Y eso mismo ocurre un poco con las canciones. A cualquier purista del folclore latinoamericano le parecerá lo opuesto a eso; a cualquier purista del rock, no le parecerá rock. Somos nosotros haciendo esas canciones; de repente, una parece una chacarera andina… pues estupendo. Otra va más por el brit-pop, pues estupendo también. No tenemos cortapisas, siempre que nos sintamos cómodos y para nosotros sea honesto y lo estemos sintiendo. Todo lo que sea eso, estará correcto.

-Con todo, sigue siendo un disco que deja una especie de clima de amabilidad, de medios tiempos...

-Es algo que nos han dicho a menudo, pero si ves la claqueta, está al doble de una de Led Zeppelin. Pero es verdad que no deja de ser pop, que es el único término musical que no disgusta a nadie. No te van a salir los poperos a decir, «oye, esto no es pop». Es complicado: en general nuestro público no es así, pero hay gente que le da más importancia a las letras y otros que no. A nivel de letras, de cómo está cantado, lo que se quiere contar, aunque haya algún grito de vez en cuando, va más por el «te lo cuento al oído».

-¿Cómo se trasvasará un disco complejo y rico como este al directo?

-Llevamos desde octubre preparando los directos, eligiendo líneas, viendo qué es lo más importante de la canción, y teniendo en cuenta también de una manera más despreocupada que lo que estás afrontando es el directo, que el disco ya está hecho. Se va a asemejar mucho al disco. Pero al mismo tiempo queremos buscar la satisfacción del que vaya a verlo habiendo escuchado ya el disco en casa por lo que se ha visto.