«En lo musical no encuentro límites, no veo las líneas divisorias entre las artes»

Montse García Iglesias
Montse García SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

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El artista asegura que tanto los puristas del flamenco como los renovadores «son conservadores»

24 mar 2018 . Actualizado a las 10:04 h.

Francisco Contreras (Elche, 1986), Niño de Elche, no para de experimentar y de buscar cosas nuevas. «No sé hacer el mismo proyecto durante un mes, me cuesta mucho», dice entre sonrisas. Quien en los últimos años se ha situado como una de las figuras que ha revolucionado el flamenco, participará hoy en Santiago en el recital final del Festival de Poesía con su libro No comparto los postres, donde leerá algunos de sus textos, además de cantar algún tema solo con voz.

 -Acaba de sacar el disco «Antología del cante flamenco heterodoxo», un título que ya ofrece una clara muestra de intenciones. Entre los 27 temas abarca desde Lola Flores a Shostakóvich, Manolo Caracol o Falla. ¿En qué basó la selección?

-El director artístico del disco, Pedro G. Romero, me ha ido proponiendo diferentes cosas y con su justificación flamenca de nuestra mirada, flamenca heterodoxa, y a partir de ahí fuimos eligiendo. No buscamos la homogeneidad sonora, sino la conceptual, los nexos de unión de lo que entendemos como flamenco heterodoxo.

-Después de su otro trabajo, «Voces del extremo», y su buena acogida, ¿era un reto seguir aportando elementos nuevos?

-Decir que no había una cierta presión sería absurdo por mi parte. Eso no tiene tanta prioridad como la de hacer lo que quiero hacer y tengo necesidad de hacer. Lo más fácil sería realizar otro tipo de disco, lo más fácil en el sentido comercial, estando en los festivales de indie, rock, de pop... Pero no, decidí que lo que tenía que hacer ahora era un disco conceptual, largo, extenso, fuera de la lógica comercial y con un discurso sobre el flamenco y lo experimental.

 -Siempre ha apostado por la experimentación. Con 18 años hizo una soleá con la letra de un rapero. ¿Se pone algún límite?

-Límites siempre hay, aunque pensemos que no. Incluso el límite no llegamos a tocarlo, por desgracia. Yo voy haciendo y tengo límites culturales, estructurales, educativos... pero en lo musical no suelo encontrar límites porque no veo las líneas de limitación entre las artes, ahí no tengo límites entre ellas.

-Ahora se define como «exflamenco». ¿Por qué?

-El prefijo «ex» me sirve para decir que he pasado por ello, pero que no estoy en lo que se entiende que es el flamenco. Sobre todo porque la mirada que hay hoy del flamenco casi nunca me ha interesado, por eso me reivindico como exflamenco, que habla de que he pasado por ello y eso ha dejado un poso en mí, pero yo ya estoy en otro lado.

-Está en otro lado, pero se lleva las críticas tanto de los puristas como de los que defienden por la renovación y la apertura, como seguidores de Morente.

-Soy una reacción a todos ellos. Les estoy demostrando que tanto los que suponen que abren el flamenco como los que no son igual de conservadores. El conservadurismo del flamenco no reside en la melodía y en lo musical, sino en las actitudes. Por eso, seguidores de Morente o Camarón me pueden criticar incluso más que los de Antonio Mairena. Se quedan con el Morente más musical, pero el Morente más experimental no lo reivindican, que es una de las penas.

-¿No se cansa de ir siempre contracorriente?

-Por ahora, no. Pero yo me doy la libertad de que si en un momento dado me apetece hacer un disco de flamenco tradicional, lo haría, porque yo priorizo el discurso. O si tengo que hacer un disco sobre tecno, pues lo hago. Para mí no tiene más valor lo que hago que el flamenco tradicional, el debate no es ese. Yo, si hago una cosa u otra, es por necesidad discursiva, no es por algo rupturista o una cuestión estética, pero si de paso se rompen imaginarios, pues bendito sea.

-Rock, temas acústicos, «ambient»... salpican los temas de su disco, ¿hay géneros con los que no se haya atrevido? ¿Cuál?

-Sí, hay muchos, el siguiente es uno de ellos, pero no se puede saber aún. Siempre estoy cuestionando mis prejuicios.

-¿Hay algún estilo que le imponga especialmente?

-Imponerme no. Siempre he reivindicado tratar todos esos mundos desde una perspectiva amateur, porque esa ignorancia te quita miedos y te hace meterte como un elefante en una cacharrería, después que salga bien o mal parado es una cuestión externa. Cuando me meto en un proyecto que creo que voy a aprender, puesto voy allá. Ahora soy más selectivo, pero sigo haciéndolo.