Ediciones especiales, rarezas y mucho vinilo para el día de las tiendas independientes de discos

Raúl Álvarez REDACCIÓN

CULTURA

Discos Alta Fidelidad
Discos Alta Fidelidad

Dos locales asturianos, uno en Oviedo y otro en Gijón, se suman este sábado con ofertas especiales y dj's en directo a la celebración mundial de la venta física de música en espacios ajenos a las multinacionales

20 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La idea surgió en ese semillero de agitación cultural que siempre son San Francisco y su área de influencia. En una calle cercana al Golden Gate Park, un fin de semana cualquiera del 2008, los miembros de Metallica aparecieron por sorpresa en una tienda de discos y, para pasmo de la clientela, allí mismo dieron un concierto. La historia es bonita pero no improvisada. Detrás de esa actuación repentina había una idea y el trabajo de un equipo de seis personas que querían promocionar y dar oxígeno a los pequeños espacios independientes de venta de música, agobiados por la competencias de los grandes almacenes pertenecientes a grandes marcas, las descargas ilegales y las ventas legítimas a través de los nuevos gigantes del comercio en internet. La idea californiana, bautizada como Record Store Day, se extendió después al resto de los Estados Unidos y pronto dio el salto a Europa. La cita se ha consolidado como una celebración que siempre tiene lugar el tercer sábado de abril, se sigue en España desde el 2011 y en el 2018 cae el día 21. Dos tiendas asturianas, Discos Alta Fidelidad (calle Otero, 3, en Oviedo) y Más que Música (calle San Agustín, 3, en Gijón), forman parte de los más de 90 espacios de todo el país donde se observará la fiesta con la puesta a la venta de ediciones especiales y rarezas en vinilo y cedé de todo tipo de bandas y artistas, lanzadas especialmente para la ocasión, encuentros entre aficionados y sesiones de dj's en directo durante toda la jornada.

En Alta Fidelidad, los dos socios del local, Alberto Izquierdo y Antonio Menéndez, calculan que tendrán a la venta más de 50 referencias del amplio catálogo que los artistas y sus sellos han preparado para este año. Son ediciones limitadas y de calidad, no se venden en internet, no se aceptan reservas, se recomienda no comprar más de un ejemplar por persona y solo se pueden conseguir acudiendo a las tiendas que las sirven. Ellos están encantados con poner a disposición de sus clientes una tirada en mono de The piper at the gates of dawn, el legendario primer álbum de Pink Floyd, con una sobrecubierta y una preportada que son un sueño para cualquier coleccionista de vinilos. También tienen reservada la primera contribución de Led Zeppelin al Record Store Day y les hace especial ilusión recuperar para la ocasión el descatalogado doble LP Everlasting de Los Punsetes. Pero la selección es ecléctica para que todo el mundo pueda encontrar algo de su gusto el sábado: Vetusta Morla, U2, Los Planetas y Christina Rosenvinge, entre otros, encontrarán su sitio en Oviedo.

Izquierdo y Menéndez han elegido entre los cientos de lanzamientos para el 21 de abril los que creen que más atraerán a su público habitual, el mismo que lleva 25 años fiándose de ellos, antes en la vieja tienda de la calle Padre Suárez y desde el 2016 en el barrio de Otero, a un paso de La Lata de Zinc. «Es una fiesta para que clientes que no se conocen entre ellos se encuentren, se hagan amigos y hablen de música», aseguran los dos. «Pero tampoco podemos tener todo el catálogo. En primer lugar, porque es demasiado grande. Además, también porque creemos que cada tienda debe ser un filtro, aportar un poco de criterio y ayudar a seleccionar a sus compradores. No podemos tenerlo todo en todos los sitios», apunta Izquierdo. Ese es precisamente el credo del Record Store Day: solo participan tiendas independientes en las que la música signifique al menos la mitad del negocio, ellas mismas eligen qué vender y a qué precio y no hay normas obligatorias, porque la independencia debe ejercerse tanto frente a los grandes grupos de la distribución de productos culturales como a la hora de decidir qué expone cada cual en sus estanterías. En Alta Fidelidad habrá también conciertos gratuitos para todo aquel que se pase por el local.

El concierto fundacional de Metallica tuvo lugar en Rasputin, una tienda de Haight-Ashbury a la que no cuesta buscar parecidos con la ficticia Brokeland Records, el escenario principal de Telegraph Avenue, la novela que Michael Chabon situó al otro lado de la bahía de San Francisco, en las calles empinadas que conectan Oakland y Berkeley. Es también uno de esos sitios donde podría acabar la banda californiana, con base en Los Angeles, cuyas peripecias inventó Jonathan Lethem para Todavía no me quieres. Que esos ambientes no existen y resulten posibles solo en libros inventados por autores que trabajan al otro lado del Atlántico, que esas tiendas y esos propietarios eruditos y con amor por los discos prosperen en las aceras de Asturias dependen del éxito de las tiendas locales. Este no el primer Record Store Day en la comunidad autónoma, pero sí el primero que se promociona a la busca del encuentro feliz entre un disco y el oyente que, antes de dar con él, ni siquiera sabía que lo necesitaba.