Lorenzo Silva enfrenta a Bevilacqua y Chamorro al narco del Estrecho

M. L. MADRID / COLPISA

CULTURA

J.J.Guillen | EFE

La nueva novela llega en el 20.º aniversario de la primera entrega

25 may 2018 . Actualizado a las 08:10 h.

«El ciberdelito nos parece simpático, pero es la más temible avanzadilla del crimen y su efecto es demoledor, en especial para los más débiles». Lo denuncia Lorenzo Silva (Madrid, 1966), que celebra los «primeros» 20 años de vida de su legendaria pareja de picoletos llevando al subteniente Rubén Bevilacqua y a la sargento Virginia Chamorro al infierno del Estrecho. Narcotráfico, ciberdelincuencia, secuestro y extorsión son los mimbres de Lejos del corazón (Destino). Otra vuelta de tuerca a la «madura» relación de una pareja que, para goce de su legión de seguidores, está más unida que nunca.

El lejano país de los estanques inició la serie en la primavera de 1998. Escrita en 1995, rodó tres años de editor en editor hasta que María Antonia de Miquel apostó por ella. Hoy suma once títulos: nueve novelas y dos libros de relatos con más de 3.000 páginas traducidas a una decena de idiomas, y que han dado pie a dos películas (La niebla y la doncella y El alquimista impaciente) y a dos series de televisión. Se han vendido más de dos millones de ejemplares de las andanzas de estos beneméritos investigadores con los que Silva nos ha contado la España del siglo XXI.

La Guardia Civil reverencia a su creador, que quiso presentar la nueva entrega en la casa de Chamorro y Bevilacqua, la sede central de la UCO (Unidad Central Operativa) y arropado por dos de sus máximos responsables, Jesús García y Juan Antonio Rodríguez, al frente de los departamentos de delincuencia especializada y drogas y de delitos telemáticos. Mantiene el espíritu de la saga y sigue apegada a la realidad, en un escenario de rabiosa actualidad como el Estrecho de Gibraltar, y a través de «ese nuevo territorio de vida y relación llamado ciberespacio».

«Tenemos una visión venial del ciberdelito, que contemplamos con ojos benévolos y con simpatía», insiste Silva. «No somos conscientes de su gravedad y su poder». De la capacidad criminal de unos delincuentes «multitarea e hiperactivos con sus potentes y baratas herramientas», según destaca el oficial de la UCO que los combate. No en vano, Lejos del corazón toma su título de una vieja canción italiana, Lontano daglo occhi, de Sergio Endrigo, equivalente al dicho español «ojos que no ven, corazón que no siente» y que «resume lo que hace un ciberdelincuente con sus víctimas, lejos los ojos y el corazón».

«El gozne del mundo»

Explora Silva la vanguardia del cibercrimen, el delito por antonomasia del siglo XXI, y desarrolla la trama en el Campo de Gibraltar, la zona más caliente del mapa criminal español, que, según él, «no se colombianizará». Será gracias a la eficacia de unas fuerzas de seguridad que trabajan con menos medios que los malos, pero que mantienen a raya el asesinato. «Paradójicamente, los delitos de sangre están muy por debajo de la media y los traficantes no matan sabiendo que allí no saldrán impunes», apunta. Silva ha acompañado en repetidas ocasiones a la Guardia Civil en sus acciones contra el narco. «Si no pisas el terreno pierdes la verdad, que está en los detalles, como nos enseñó Stendhal», asegura el escritor, que llevaba años madurando una novela en este escenario «en el que confluyen dos continentes, tres países y tres jurisdicciones». «El Estrecho es el gozne del mundo, un abismo entre el Norte y el Sur», dice. Un agujero negro que agranda «el ingente tráfico de droga, el paraíso fiscal de Gibraltar y su cáncer: las toneladas de dinero negro que hay que blanquear».

El secuestro de un joven genio de la informática desencadena el caso. La familia denuncia tarde la desaparición y comete el peor error: seguir a pie juntillas las instrucciones de los captores y pagar un rescate de 120.000 euros. Lo investigan Vila y Chamorro, «dos trabajadores públicos», se enorgullece Silva.