¿Y si lo supiéramos todo de todos?

C. PEREIRO

CULTURA

Llega en formato físico y en castellano uno de los cómics de suspense más interesantes y alabados de la última década, entre el futuro distópico y la ausencia de privacidad

06 ago 2018 . Actualizado a las 18:02 h.

Más que probablemente, alguna vez se lo ha preguntado una vez tuvo la cabeza sobre la almohada. ¿Y si todo lo que ha visto, comentado, leído o descargado de Internet se hiciera público? Las conversaciones con un amigo íntimo, el cotilleo de turno con un compañero, una foto subida de tono, una nota de amor a un amante, una búsqueda curiosa en Google... Todo ello sin contexto. Puro. Público. Al alcance de su vecino o su jefe.

Ahora imagínese que ha sucedido, pero no solo con su historial digital, sino con el de todo el mundo. La Nube, Internet, ha estallado sin tener nadie una explicación o un motivo lógico, y toda la sociedad ha quedado con los ojos como platos ante ello. Se destrozan familias, se pierden trabajos y el planeta titubea. The Private Eye se desarrolla en un futuro no tan lejano, en el 2076, donde este suceso tecnológico ha ocurrido y como resultado ha mutado totalmente a la sociedad. Ya no hay Internet, y las personas que caminan sobre la tierra se han convertido en seres muy celosos de su privacidad, tanto que pululan por la calle con máscaras, nombres falsos e identidades secretas en las que resguardarse.

El cómic de Brian K. Vaughan y dibujado por Marcos Martín con la colorista Muntsa Vicente, es un relato de ciencia ficción adornada con una dosis de realidad próxima y sentida. Es imposible no ver un reflejo de actualidad en The Private Eye, el trazado de una hipotésis más que posibles en los tiempos que corren. Con un fuerte aroma noir, el protagonista del cómic de Vaughan es un detective sin licencia, un paparazi, involucrado en una trama de inesperadas consecuencias sociales que alerta al lector como la picadura de una abeja sobre la renuncia a su intimidad.

En la práctica, The Private Eye comenzó su particular sacudida de conciencias en el 2013 a través de su propia webcómic. Producido por Panel Syndicate, fue ganador dos años después del Premio Eisner -la más alta distinción en el mundo del cómic- a mejor serie digital. La historia completa se dividió en diez números, visibiles a través de la mentada web en un formato DRM free. Los lectores deciden cuánto quieren pagar por cada número, pudiendo, incluso, adquirirlos gratis si así lo desean. Ahora, llegan traducidos al castellano, en un formato físico cuidado y con mimo de la mano de la editorial Gigamesh - muy conocida en el mundillo de la lectura por editar en castellano la saga Canción de Hielo y fuego, o simplemente Juego de tronos para los seriéfilos-. La historia que Vaughan plantea es la de un thriller futurista, sí, pero también la de un presente peligroso para nosotros mismos. Un mundo en el que la información es la mejor moneda de cambio, donde el Cuarto Poder se ha vuelto en policía, juez y verdugo de sus gentes. La versión analógica que ahora se encuentra en las librerías incluye un dosier con los correros electrónicos que los creadores intercambiaron durante el proceso creativo, así como algunos bocetos, y las ideas que llevaron a lanzar The Private Eye. Más que recomendable, compra obligada.