Walsh, el hombre que se adelantó al Nuevo Periodismo de Capote y Mailer

H. J. Porto REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

El editor gallego Luis Solano rescata «Operación Masacre», que relata el asesinato en 1956 de opositores al régimen militar

06 sep 2018 . Actualizado a las 08:15 h.

Rodolfo Walsh (Lamarque, Río Negro, 1927-Buenos Aires, 1977) era apenas traductor y autor de novelas policíacas cuando el compromiso político entró arrolladoramente en su vida por la vía del periodismo. Uno de sus primeros frutos -y quizá el más trascendente- surgió de forma cercana a lo casual, cuando en un café de La Plata, entre partidas de ajedrez y vasos de cerveza, un hombre le susurró una frase: «Hay un fusilado que vive». Lo que vendrá después es una investigación en profundidad que lo lleva a escribir y publicar una especie de reportaje, Operación Masacre (1957) -primero aparecido por entregas y enseguida en forma de libro-. Se trata de un texto fundacional, que es tenido por muchos como uno de los inicios (con el permiso del sevillano Manuel Chaves Nogales) del llamado Nuevo Periodismo, que eclosionó con Truman Capote en A sangre fría (1966) y Norman Mailer en Los ejércitos de la noche (1967) y La canción del verdugo (1979), esas non fiction novel que consagró después Tom Wolfe con su estilo provocador y esnob y su pluma afilada.

Lo que hace aflorar Operación Masacre es el ominoso aparato del Gobierno argentino, cuya dictadura cívico-militar encabezada por el general Aramburu lanzó un operativo clandestino para eliminar a los opositores al régimen. La sublevación auspiciada de la mano del general Juan José Valle -que promovió un fallido intento revolucionario en junio de 1956 contra quienes habían derrocado nueve meses antes a Perón, por entonces en el exilio panameño- acelera la carnicería de Estado.

Maltrecho físicamente, uno de los fusilados, Juan Carlos Livraga, sobrevive de forma milagrosa en los fusilamientos acaecidos en la población bonaerense de José León Suárez. Tirando de ese hilo, el asombroso recuento que le hace Livraga, y tras una ardua investigación, Walsh construye la historia con unas técnicas narrativas que abren las puertas de la crónica literaria, en la que el reportaje se vale de las herramientas de la ficción sin despegarse de la realidad de los hechos, de la verdad. Con su precisa prosa y su medido y vivaz ritmo, la verdad cobra precisamente una fuerza inusitada, nunca antes vista.

En el breve prólogo que abre el volumen con que el sello Libros del Asteroide -del editor gallego Luis Solano- rescata Operación Masacre (y que llega el lunes próximo a las librerías), anota la periodista Leila Guerriero que tras el asesinato de Walsh en 1977 por los secuaces de Jorge Videla de la Escuela de Mecánica de la Armada están todas las decisiones vitales que el escritor tomó después de haber escuchado, una noche asfixiante de verano, aquella frase en aquel café de La Plata.