Alfonso Cuarón, nuevo León de Oro mexicano con la película «Roma»

José Luis Losa VENECIA / E. LA VOZ

CULTURA

Alfonso Cuadrón, tras recibir el León de Oro por «Roma»
Alfonso Cuadrón, tras recibir el León de Oro por «Roma» ALBERTO PIZZOLI | AFP

El griego Lanthimos, con «The Favourite», se hizo con el Gran Premio del Jurado y Willem Dafoe se llevó la Copa Volpi

08 sep 2018 . Actualizado a las 23:31 h.

Guillermo del Toro, presidente del jurado de esta 75.ª Mostra y ganador del León de Oro el pasado año, certificó ayer la prolongación de lo que es ya un oligopolio de triunfos de cineastas mexicanos -primero en Venecia y luego en los Óscar- al otorgar el premio a la mejor película del festival al excurso a su infancia y al bellísimo retablo de familia de Roma.

El triunfo de Cuarón, un valor fijo aquí, donde ya había ganado premios secundarios con Y tu mamá también e Hijos de los hombres, es inapelable porque lo que destila es una lección de atmósferas y de precisión narrativa en el México inmediatamente posterior a la matanza de la Plaza de las Tres Culturas y en su lectura honesta de una sociedad dual, la de los nativos y la de los criollos de clase alta. Es un fresco de una sociedad ya difuminada, cuya lejanía está tan bien cristalizada en la fotografía en blanco y negro de la que es responsable, como autor casi renacentista, el propio Cuarón.

Y la entidad del vuelo de Roma se condensa en secuencias antológicas como ese germen de los incubados y aún incipientes escuadrones de la muerte o en un previsible ahogamiento en una orilla, fuera de plano.

Es este un palmarés muy bien medido porque, solo un escalón por debajo del León de Oro de Roma, los otros premios más relevantes los reciben Yorgos Lanthimos y Jacques Audiard, con dos obras colosales. El griego Lanthimos, con The Favourite, se hace con el Gran Premio del Jurado -algo así como la plata- y con el de interpretación femenina para una Olivia Colman que es capaz de realizar la hazaña de robarles la película a dos actrices de talento febril como Emma Stone y Rachel Weisz, que luchan por estar a su altura en esa batalla cortesana y lésbica por el poder en la corte británica del siglo XVIII. Y con unos diálogos escritos como aceradas dagas que exhibe el guion de The Favourite, de una brillantez inaudita.

Otro tanto sucede con el francés Audiard al hacerse merecedor de la mejor dirección con The Sisters Brothers, wéstern mayestático protagonizado por Joaquin Phoenix y John C. Reilly, de los que te hace saber que ya puedes imprimir su leyenda porque siempre te quedarás corto. Un filme que parece nacer desde la desmitificación del Oeste y que termina por acercarse a los dinteles de Centauros del desierto, después de homenajear a Johnny Guitar y El rostro impenetrable.

Este triunfo de Cuarón, y también de Audiard y Lanthimos, propone, además de su euforizante justicia creativa, una apertura de aplastante coherencia hacia un espacio que Venecia se ha sabido ganar: el de engrandecer la visibilidad de las tres películas vencedoras en la carrera hacia los Óscar. Una reafirmación que fortalece, además, las escasas apuestas de cine de autoría con capacidad de alcanzar los cada vez más devaluados premios de Hollywood.

Hay otra idea fuerza que rezuma este palmarés: el de la irrupción de Netflix en el escenario de los festivales de prestigio. Cannes se percibe -después de su guerra con la plataforma en mayo- como una destrozada Línea Maginot del siglo XXI. Porque, además de ganar el León de Oro con Roma (que es probable que no llegue a estrenarse en cines en nuestro país), Netflix tenía otra de las apuestas en esta Mostra en la película de los hermanos Coen, La balada de Buster Scrugg, que recibe el premio al mejor guion. Una decisión más que discutible porque hay un desequilibrio muy evidente en el tono de los seis sketches que componen la película, como mosaico de la iconografía del Far-West. Los dos primeros son de un humor negrísimo, feroz, por momentos surrealista, destilado en la mejor línea Coen. Pero los cuatro restantes están compuestos desde un enfoque bien diverso, algunos de un dramatismo muy desnudo, otros minimalistas. Y eso genera un conjunto valioso pero inarmónico.

La parte oscura del palmarés

Hay también una zona oscura en este reparto de premios cuyos valores tanto bien hacen al cine de la creación. Es la que prima a la cinta australiana The Nightingale, una historia ambientada en la Tasmania del siglo XIX; perfilada como un escenario de violencia dantesca que convertiría un wéstern de Sam Peckinpah en Disneyworld. Es un despropósito consolar con un Premio del Jurado a Jennifer Kent, su directora -la única entre 20 hombres en esta competición- que mete en la túrmix pretensiones de revenge feminista, de buddy-movie interracial, de regodeo en sangre bruta, de dudosa sensibilidad con el exterminio de los aborígenes. Precisamente el actor que encarna al nativo australiano, Baykali Ganambarr, recibió el premio a mejor promesa. No una promesa, sino un gigante consagrado de la interpretación, es Willem Dafoe. Su trabajo como Van Gogh consigue salvarse del estropicio cool e insoportable de At Heaven’s Gate, del petulante Julian Schnabel.

Y es muy de lamentar que estas regalías dejen fuera del palmarés a obras de entidad y riesgo elevadísimo, las películas de Laszlo Nemes, de Olivier Assayas, de Carlos Reygadas y de Brady Corbet. Todas esas ausencias nos hacen ver que hemos asistido a once días de cine memorables, no sé si repetibles. Los festivales de cine son, muchas más veces de las deseables, despliegues de sadomasoquismo para las retina: Y esta Venecia, muy lejos de apalearnos, nos ha acariciado con imágenes que marcarán el cine de la temporada que ya viene.

Este es el listado completo de los premios:

Sección oficial

León de Oro: Roma, de Alfonso Cuarón

León de Plata al mejor director: Jacques Audiard, por The Sisters Brothers

Gran Premio del Jurado: La favorita, de Yorgos Lanthimos

Premio Especial del Jurado: The Nightingale, de Jennifer Kent

Copa Volpi a la mejor actriz: Olivia Colman, por La favorita

Copa Volpi al mejor actor: Willem Dafoe, por Ay Eternity's Gate

Mejor guion: Ethan y Joel Coen, por The Ballad of Buster Scruggs

Premio Marcello Mastroianni al mejor intérprete emergente: Baykali Ganambarr, por The Nightingale

Horizontes

Mejor filme: Kraben rahu, de Phuttiphong Aroonpheng.

Mejor dirección: Emir Baigazin, por Ozen

Premio especial del jurado: Anons, de Mahmut Fazil Coskun.

Mejor interpretación femenina: Natalya Kudryashowa, por The Man Who Surprised Everyone

Mejor interpretación masculina: Kais Nashif, por Tel Aviv on Fire

Mejor guion: Pema Tseden, por Jinpa

Mejor cortometraje: Kado, de Aditya Ahmad.

Premio Luigi di Laurentiis a la mejor ópera prima: The Day I Lost my Shadow, de Soudade Kaadan.

Premio a la mejor película de realidad virtual: Spheres, de Eliza McNitt.

Premio a la mejor experiencia en realidad virtual: Buddy VR, de Chuck Chae.

Premio a la mejor historia de realidad virtual: L'île des morts, de Benjamin Nuel.