La autora de «Señora Doubtfire: «Mi objetivo es conseguir que mis lectores jóvenes piensen»

Xesús Fraga
xesús fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Anne Fine publica en español «Proyecto abuelita»

12 nov 2018 . Actualizado a las 08:15 h.

Ante la perspectiva de que la abuela con la que conviven sea trasladada a una residencia, cuatro hermanos se movilizan para que se quede con ellos en casa. Su campaña les enseñará cosas que desconocían sobre la anciana, de sus padres y también de sí mismos, además de obligarlos a reflexionar sobre sus objetivos y los métodos para conseguirlos.

Esta es la premisa de Proyecto abuelita (Nórdica), uno de los muchos títulos en la trayectoria de Anne Fine (Leicester, 1947) que la han convertido en una de las autoras infantiles y juveniles más leídas. Una carrera en la que también destaca Señora Doubtfire, gracias a su adaptación al cine con un Robin Williams en estado de gracia en el papel protagonista. Ambos libros comparten una visión muy sutil y nada maniquea de los conflictos familiares, tanto los inter como los intrageneracionales. «Mi objetivo es conseguir que mis lectores jóvenes piensen», explica la autora. «Y, como me lleva más de un año escribir una novela de este tipo, si el tema no me absorbe, entonces yo también perderé el interés», añade.

Proyecto abuelita nace, en parte, de dos experiencias directas de Fine. Uno de los temas que aborda con la historia es quién se ocupa, en una familia, del cuidado de los mayores, una cuestión que, si era de interés en 1983, cuando se publicó por primera vez, ahora no ha hecho más que incrementarse. «Mi madre cuidó de la suya hasta que murió y luego hizo lo mismo con su suegra. Y entonces, cuando no habían pasado ni dos meses, trajo a casa a una parienta lejana, Nell, de la que ni habíamos oído hablar ni tampoco conocíamos», recuerda la escritora, que también acababa de ser madre. «Yo quería hablar de mis hijas, de cómo crecían, que compartiesen tiempo y experiencia con su abuela, pero mi madre no parecía mostrar demasiado interés», absorbida como estaba en cuidar de Nell. «Me surgieron muchas preguntas. ¿Era mi madre una santa? ¿Estaba evitando quedar libre para no vivir su propia vida por una cuestión de cobardía? Empecé a reflexionar sobre las implicaciones de los cuidados de los ancianos, nuestros deberes respecto a ellos y el equilibrio entre unas vidas y otras», afirma.

Si Nell y sus particularidades inspiraron el personaje de la abuelita, el de su nuera, Natasha Dolgorova, de origen ruso, también proviene de la biografía de Fine. «Cuando viví en Estados Unidos no tenía visa de trabajo, así que le enseñaba inglés a rusos que habían llegado al país gracias al trato de Reagan de intercambiar grano por visados para rusos». Uno de ellos, Boris, parecía hablar en proverbios -«Cuando más te adentras en el bosque, más árboles hay»-, un trazo que acabó por contagiarse a Natasha. Además, había también un contexto político, un área que la escritora había estudiado en la universidad. «Uno de los grandes temas del libro es si es mejor un cambio lento y progresivo, que lleva décadas en dar resultados, o si es mejor un cambio rápido y violento».

Al hilo de las transformaciones, mucho ha cambiado desde que se publicó Proyecto abuelita en 1983: ya no hay Unión Soviética, por ejemplo. Anne Fine suele introducir modificaciones en reediciones posteriores de sus obras -«Los vídeos ahora son deuvedés, por ejemplo»-, pero las de este libro son de mayor calado, incluidas algunas frases de la abuelita que ahora no le parecen adecuadas.

Retrato de familia

Con todo, es una minúscula parte de la obra, ya que su esencia permanece inmutable y vigente para lectores de cualquier época: las tensiones, negociaciones, lealtades y afectos en el seno de una familia. La comunicación entre generaciones -«Estoy completamente a favor»- es uno de sus ejes, pero también el aprender a comprender y empatizar con los demás. «Supongo que las dificultades y responsabilidades tienen su lado positivo. A menudo, no comprendemos el punto de vista de los demás hasta que nos ponemos en sus zapatos, igual que no acabas de entender las normas y preocupaciones de sus padres hasta que te conviertes en uno. Este libro aborda ese proceso de aprendizaje».

Tres iniciativas sociales para promover la lectura y la literatura

Entre los años 2001 y 2003 Anne Fine ejerció como Children’s Laureate, una figura de gran prestigio en el Reino Unido cuya misión es contribuir a divulgar y promover la literatura y la lectura entre los más jóvenes. Su predecesor fue Quentin Blake y Michael Morpurgo le tomó el relevo. De aquel período Fine destaca tres proyectos que consiguió poner en marcha y que, como dice con orgullo, siguen vigentes.

El primero es www.myhomelibrary.org, una web con 200 ex libris de descarga gratuita. «Quería que los niños construyesen sus bibliotecas personales. Si no puedes permitirte muchos libros nuevos, puedes comprarlos de segunda mano: así, colocas tu ex libris sobre el nombre del anterior propietario», explica. El segundo consistió en la edición de tres antologías poéticas, A Shame to Miss (literalmente, Demasiado bueno como para perdértelo). «Tenemos muchas escuelas a las que asisten niños que no tienen el inglés como primera lengua. Así que había profesores que habían renunciado a iniciarlos en poesía de verdad y les ofrecían versos que eran verdaderos espantos». Y, por último, www.clearvisionproject.org, libros ilustrados con hojas de papel cebolla con el contenido en braille.

Pero si hay algo que le haya dado fama mundial a Fine es la adaptación al cine de Señora Doubtfire. La autora afirma que el libro es «más realista y menos sentimental», pero admite que la película «funciona realmente bien». «Y Robin Williams era un cómico brillante y aprovechó bien sus cualidades». «Pero tampoco me voy a quejar», zanja. «Me pagaron lo suficiente como para comprar una casa. Es un regalo increíble para un autor. Te da la libertad para elegir qué quieres escribir y te da el tiempo necesario para ello. En el Reino Unido era bastante conocida, pero llevó mi obra a otros países».