Tierno y melancólico soldadito de plomo

eduardo galán blanco

CULTURA

«El cascanueces y los cuatro reinos» es la apuesta de Disney en el género de aventuras para la época navideña

13 nov 2018 . Actualizado a las 08:19 h.

En los tiempos que corren, desbordadas las pantallas por un sin fin de sofisticadas imágenes virtuales, tan asombrosas como vaciadas de significado, es un alivio encontrar el oasis de una producción como El cascanueces y los cuatro reinos, que, al menos, encierra emociones perceptibles, festoneadas con un prodigioso tratamiento visual, donde los árboles del CGI permiten ver el bosque.

Pues, en la operación, no se ha perdido el espíritu de Ernst Theodor Amadeus Hoffman. La pureza melancólica de sus cuentos está aún aquí, con esos miedos de la jovencita protagonista a hacerse mayor y las angustias de la pérdida flotando en las mejillas prerrafaelistas de la maravillosa actriz Mackenzie Foy -la hijita de Matthew McConaughey en Interestelar-, toda una confirmación de dulzura y aguerrida energía, vestida de soldadito húsar.

Cuando empieza el cuento, de Navidad, ambientado en un extraordinario Londres victoriano, la niña de la historia recibe de regalo un huevo de plata que fue de la madre, recién muerta. «Cualquier cosa que necesites está dentro» dice la nota de mamá. Pero al huevo le falta la llave. Y, para encontrarla, la chica abandona la fea realidad para vivir el sueño natural de la locura, junto a los muñecos mecánicos que cobran vida. Y es que Hoffman sentó un precedente para la Alicia de Carroll. En la película encontraremos también algo de Dentro del laberinto y del imaginario de Terry Gilliam.

Con la ayuda de la gran figurinista Jenny Beavant -la de Christopher Robin- y del excepcional diseñador Guy Hendrix -El secreto de los hermanos Grimm-, Lasse Hallström consigue no quedarse atascado en el proceloso mecanismo industrial de la Disney. La belleza propuesta es innegable y el reparto, además del limpio resplandor de la Foy, contiene grandes aciertos y creaciones, especialmente la de la reina malvada interpretada por Helen Mirren, muñeca de porcelana con la cara rota que con su patetismo nos evoca los personajes góticos de Victor Hugo o de William Castle.

No todo son maravillas, es verdad. A ratos se cuelan los imparables ramalazos del descerebrado Hollywood actual, pero los buenos momentos, transidos de sublime belleza, compensan con creces.

«THE NUTCRACKER AND THE FOUR REALMS»

EE.UU.-R. U., 2018.

Directores: Lasse Hallström y Joe Johnston.

Intérpretes: Mackenzie Foy, Helen Mirren, Keira Knightley, Morgan Freeman.

Aventuras. 100 min.