Ennio Morricone: «Leone me daba explicaciones, pero no consignas»

nicolas pratviel PARÍS / AFP

CULTURA

El compositor italiano Ennio Morricone, a la izquieda, junto al director de cine Giuseppe Tornatore, durante la presentación del libro «Ennio, un maestro. Conversación».
El compositor italiano Ennio Morricone, a la izquieda, junto al director de cine Giuseppe Tornatore, durante la presentación del libro «Ennio, un maestro. Conversación». ANGELO CARCONI

A sus 90 años, el mago de las bandas sonoras emprende una gira de conciertos

12 ene 2019 . Actualizado a las 17:24 h.

Noventa años y sigue de gira. El compositor italiano Ennio Morricone, que revolucionó las bandas sonoras, confiesa que comprendió hace poco la necesidad del público de escucharlo en vivo. Este viernes ofrecerá un concierto en París, el sábado en Bruselas y el lunes en Londres. Su web incluye ya conciertos para enero y febrero del 2019.

-Solo dirige sus composiciones. ¿Nunca quiso interpretar otras?

-No, nunca me interesó. No las puedo conocer tan bien como las mías, aunque las admiro.

-Fue a la misma escuela que Sergio Leone. ¿Cómo volvió a coincidir con él en el cine?

-Estuvimos en la misma clase durante un año, luego nos perdimos de vista durante muchos años. Desconocía en qué se había convertido. Fue él quien dio conmigo al ver mi nombre en los créditos de un filme del que había compuesto la música. Vino a mi casa y me habló de su proyecto. Se trataba de Por un puñado de dólares.

-¿Cómo trabajaban juntos?

-Hablábamos con mucha anticipación. Pero si bien Leone me explicaba cómo iba a ser su filme, no me daba consignas. Era más bien yo quien le explicaba lo que tenía en mente, según lo que me describía. Raras fueron las veces que me dijo «no, preferiría esto o lo otro». Después de esta primera banda sonora, me pidió hacer algo similar para La muerte tenía un precio. Acepté. En cambio, para El bueno, el feo y el malo, me opuse. Le dije: «No quiero que trabajemos así. No quiero repetirme, déjame hacer lo que quiera». Y creo que hice bien.

-Usted innovaba mucho para la época, incluyendo sonidos inhabituales en las músicas de películas. ¿Tenía usted una libertad total?

-No era tan difícil convencer a los directores. Sabían que no me interesaba crear composiciones tradicionales, por eso también me venían a ver. Me complacía trabajar el sonido de la realidad, lo que escuchamos cada día. Estos ruidos que nos rodean tienen su propia música y podían componer otra conmigo.