Amplios mundos en cuentos breves

Xesús Fraga
xesús fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

lisbeth salas

Un estuche reúne por primera vez los cuatro volúmenes que forman la «Micropedia», el gran proyecto literario del mexicano Ignacio Padilla

17 dic 2018 . Actualizado a las 08:35 h.

La brevedad de un cuento no guarda relación con la amplitud de los mundos que puede llegar a contener. Algo especialmente cierto si se habla de la narrativa del mexicano Ignacio Padilla (Ciudad de México, 1968-Querétaro, 2016), capaz de levantar universos tan personales como accesibles al lector, que nada más entrar en ellos se queda atrapado entre alquimistas, seres extraños dignos del mejor bestiario, sastres indios en la era del Raj o pilotos que se aproximan al Everest a los mandos de un aeroplano de segunda mano.

Son algunos de los pobladores de la Micropedia, un gran proyecto literario de Padilla, repartido en un cuarteto de libros pero que el escritor siempre concibió como una unidad, como recuerda su amigo, colega y paisano Jorge Volpi, quien ha supervisado la compilación de los cuatro tomos en un único estuche de la mano de Páginas de Espuma. Un cometido que ha descrito como «un acto de amistad pero también de justicia literaria».

Las antípodas y el siglo, Los reflejos y la escarcha y El androide y las quimeras, los tres títulos publicados de la Micropedia, se reencuentran ahora con el que permanecía inédito, Lo volátil y las fauces, restableciendo la unidad y plenitud al proyecto literario de Padilla, fallecido a raíz de un accidente de circulación, lo que ha impedido que vea completa una compilación que ya había abordado varias veces con la editorial. «Nacho lo había imaginado así, así que estamos cumpliendo su deseo», explica Volpi, quien subraya el «todo orgánico» que supone la Micropedia.

«Claramente, se trata de su obra maestra», declaró poco antes de la celebración del homenaje que se acaba de celebrar en la sede madrileña del Instituto Cervantes, continuación del que se le tributó al autor en la Feria del Libro de Guadalajara. «La Micropedia es un clásico de la narrativa breve», sostiene Volpi. El escritor conoció a Padilla siendo estudiantes y ya entonces entablaron una relación literaria que tenía tanto de admiración como de sana rivalidad. «Nunca dejamos de ser cómplices y duelistas: aun si adivinaba que siempre habría de vencerme, no dejé de pelear en buena lid con sus frases monstruosas y perfectas», escribe Volpi en el cuadernillo de homenaje que acompaña a los cuatro volúmenes de la Micropedia en su estuche.

Esta separata, con el título de De monstruos, dobles, autómatas y quimeras, reúne diez visiones sobre Padilla y su obra, a tanto de otros tantos colegas que lo trataron y conocen sus relatos. Se trata de Rosa Beltrán, Alberto Chimal, Ana García Bergua, Santiago Gamboa, Fernando Iwasaki, Andrés Neuman, Edmundo Paz Soldán, Pedro Ángel Palou y Cristina Rivera Garza. Es un complemento a una edición que, como escribe García Bergua, «es la mejor manera de honrar a un autor extraordinario que nos regaló su infinita curiosidad como aliento de vida».

Esa curiosidad la aplicó Padilla a su literatura y a la vida, en una retroalimentación constante. Fue agregado cultural de la embajada de México en el Reino Unido, un país cuya historia aparece en la Micropedia, con especial fascinación por la época victoriana. Sin embargo, se trata de un interés que arranca de antes, como aclara Volpi, antes incluso de que Padilla estudiase en la Universidad de Edimburgo, cuando vivió en su infancia en Suazilandia. Ante la pregunta de si era anglófilo, Volpi responde con rapidez que era «muy anglófilo».

El responsable de la edición de la Micropedia también subraya esta amplitud de perspectivas y cosmopolitismo temporal y espacial dentro de la libertad absoluta del creador, que llevó a Padilla -a quien también compara con Borges y Escher- a romper «una punta de lanza contra aquellos críticos que insistían en la conexión entre nación y narración como el modelo fundamental de escritura en América Latina», como escribe Edmundo Paz Soldán.