El toque dorado de los Globos de Oro

Xesús Fraga
Xesús Fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

ROB DRAPER

El diseñador gráfico Rob Draper firmó por tercer año las animaciones de la alfombra roja y las redes sociales de la gala cinematográfica

10 ene 2019 . Actualizado a las 08:15 h.

Los aficionados al cine y la moda estuvieron muy pendientes de los rostros y el vestuario de las celebridades en los pasados Globos de Oro. En cambio, a los interesados en el diseño gráfico y, especialmente, la caligrafía, les llamarían la atención las animaciones con las que la gala cinematográfica amenizó la alfombra roja y se promocionó en las redes sociales. Por tercer año consecutivo, el diseñador británico Rob Draper ha firmado este trabajo que combina el lenguaje audiovisual con el de las letras para aportar un toque extra dorado al glamur que caracteriza la ceremonia.

Si el año pasado, en consonancia con el 75 aniversario de los premios, Draper apostó por ornamentos y filigranas, en esta edición el diseñador y artista recuperó una idea que emparejaba las letras con líneas inspiradas en las de los mapas -«Ya sabes, esos grandes desplegables de papel que usábamos antes de que Google Maps arrasase con todo», ironiza-, uniendo también dirección y movimiento. «Era la primera vez que combinaba animaciones con stop frame», explica Draper, ya que a la animación se sumaba otro elemento, la aplicación del pan de oro y la purpurina dorada, imagen de los galardones. «Utilicé una caja de luz y papel en formato A3 para dibujar cada frame, antes de escanearlos y alinearlos con Photoshop. No hice otra cosa durante semanas», recuerda.

 

Draper, con algunas de las páginas empleadas para la animación
Draper, con algunas de las páginas empleadas para la animación

El resultado resultará familiar a quienes sigan el trabajo de Draper, cuya cuenta en Instagram -con 63.200 seguidores- es un escaparate de su creatividad. Su perspectiva lúdica de la caligrafía lo lleva a estampar letras sobre cualquier tipo de superficie, desde rebanadas de pan o plátanos hasta catálogos de Ikea o conos de tráfico. «Las redes sociales pueden valer como un buen cuaderno de bocetos, donde tienes libertad para experimentar. Algunos funcionan, otros no; algunos los usas más adelante, otros te olvidas de ellos», comenta.

 [[@instagram::https://www.instagram.com/p/BsGrAc-BiB3/]]

Paradójicamente, la estética que ha inspirado este año su contribución a los Globos de Oro nació de un proyecto malogrado. Hace 18 meses Draper recibió el encargo de diseñar una bicicleta de montaña -es un gran aficionado al ciclismo y a la Vuelta a España en particular-, un territorio que parecía propicio para su fusión de caligrafía y líneas inspiradas en mapas. Llegó a existir un prototipo, pero, en el último minuto, el proyecto tomó otra dirección y aquel diseño nunca vio la luz.

 

Una de las tazas desechables dibujadas por Draper.
Una de las tazas desechables dibujadas por Draper.

Draper está habituado a estos caprichos del destino. De hecho, su exitosa carrera como freelance arrancó de un despido hace unos años. Tenía la opción de cambiar de profesión y tirar veinte años por la borda, o lanzarse en solitario. Eligió lo segundo y ahora ha trabajado para marcas como Nike, Levis, Samsung, Uniqlo, Gap o Penguin Random House. Incluso ha diseñado la portada de un libro publicado en Galicia por Editorial Galaxia. Su icónica conexión con la caligrafía remite también a su participación en la escena británica del graffiti en la segunda mitad de la década de los ochenta, un espíritu que pervive en el toque lúdico y la diversión que siempre transmiten sus creaciones. Un ejemplo elocuente fue la atención que recibieron las tazas desechables de café en las que escribía mensajes caligrafiados. Demostró que aquellos envases de usar y tirar también podían lucir arte, inspirando su propia versión cerámica.