La «ironía anárquica» de Joan Brossa y Alain Arias-Misson se reactiva en el Niemeyer

J. C. G.

CULTURA

Joan Brossa tumbado en una silla, en los años 50
Joan Brossa tumbado en una silla, en los años 50 Román Ferrer

El centro cultural avilesino rinde homenaje al poeta catalán en su centenario con una muestra comisariada por Alicia Vallina que reconstruye su colaboración con el creador belga

01 feb 2019 . Actualizado a las 10:44 h.

El pasado día 19 de enero se cumplía el centenario del nacimiento de Joan Brossa, el artista catalán que abrió nuevos mundos, siempre dentro de los objetos y los signos del mundo cotidiano, para la poesía. Con tal motivo, el Centro Niemeyer de Avilés acoge desde hoy una muestra excepcional, y uno de los acontecimientos culturales asturianos de esta primera mitad del año, en la que se recoge la colaboración entre Brossa y el poeta belga-norteamericano Alain Arias-Misson. De la poesía a la palabra; de la palabra a la calle es el título de la muestra organizada por el Centro Niemeyer y la Galería Miguel Marcos con la colaboración de las fundaciones Banco Sabadell, Joan Brossa y Bonotto, el MACBA y Acción Cultural Española. Comisariada por la asturiana Alicia Vallina, la exposición da testimonio de la complicidad de dos creadores que llevan la poesía más allá -o más acá- de sus límites convencionales y la convierten en «acciones liberatorias, surreales e inesperadas que se muestran al espectador a modo de juego, de divertimento, que se envuelven de manera provocativa en el espacio convirtiéndolo en un lugar de encuentro, en una escena exuberante de intercambio, de trueque perpetuo».

Joan Brossa. 'David' 1997
Joan Brossa. 'David' 1997 Galería Miguel Marcos

Brossa y Arias-Villon -que adoptó el primer apellido de su primera esposa, la artista asturcubana Nela Arias- se conocieron en España en los años 60, cuando el primero exploraba las cualidades de la poesía como palabra pura y cuando el segundo estaba interesado en la poesía concreta, una forma de llevar lo poético más allá del lenguaje y fuera de él, hacia el entorno cotidiano, muy específicamente el urbano. Estaban casi condenados a entenderse en sus ambiciones y a sintonizar en sus caracteres, y así sucedió durante la colaboración que reconstruye la muestra del Niemeyer.

Joan Brossa. 'Charlie', 1997
Joan Brossa. 'Charlie', 1997

De Brossa, la comisaria -autora también del primer catálogo razonado sobre la obra del catalán- destaca el «carácter atemporal» de una obra que constituyó una «renovación poética» pero también « política y cultural» y «un combate íntimo de gran fuerza crítica». Poemas, obra gráfica, objetos o instalaciones, y también colaboraciones con músicos o cineastas, dieron forma al ingenio a la vez cálido y transgresor de quien vallina considera «un mago de la palabra» y «un actor autónomo» en el que él mismo se convierte en puente entre la cultura popular y la alta cultura. Lo más banal y lo más reconocible de nuestro lenguaje o nuestro escenario diario se convierte en sus manos en algo muy distinto: elementos de disrupción, de transgresión, metáforas o instrumentos de denuncia y crítica.

Alain Arias-Misson. 'Public Poem', 1968
Alain Arias-Misson. 'Public Poem', 1968

Por su parte, Alain Arias-Misson crea, según Vallina «una nueva poesía urbana donde el sentido del juego, del divertimento y de la caricatura envuelven de manera provocativa el espacio convirtiéndolo en un lugar de encuentro, en una escena exuberante de intercambio, de trueque perpetuo» que comparte con Brossa lo que la comisaria describe como «ironía anárquica» y que plasmó esa energía en sus Poemas Públicos.

Alain Arias-Misson. 'Public Panties Poem'
Alain Arias-Misson. 'Public Panties Poem'