Rescatan un trabajo a tres manos sobre el hombre que cambió la industria de los tebeos de superhéroes
15 mar 2019 . Actualizado a las 08:22 h.A Stanley Martin Lieber nunca le gustó pasar desapercibido. O, al menos, eso es lo que siempre ha trascendido del tipo que cambió para siempre la historia del cómic de superhéroes. Fallecido el pasado noviembre, Planeta acaba de rescatar -oportunamente- la autobiografía que hace un tiempo, y en cómic, hizo Stan Lee, el nombre con el que pasó a la historia. Y en esa obra se descubre que no siempre fue así, que ese chico de origen judío fue al principio alguien que no quería llamar la atención, y a quien un par de buenos golpes de suerte le colocaron en el lugar oportuno en el momento justo. El resto lo hizo su enorme capacidad de trabajo, su visión del negocio, su constancia y, obviamente, su talento.
Ideado por él, pero escrito y dibujado por Peter David y Collen Duran, el sustrato que queda tras leer Stan Lee. Asombroso, fantástico, increíble: unas memorias maravillosas es que Stan Lee se gusta mucho. Sale en prácticamente todas las escenas del cómic. Casi siempre con una sonrisa en la boca y una idea (buena o mala) que lanzar a quien quisiera confiar en él.
Esa egolatría y el cuestionable dibujo de la obra son los peros de este trabajo que, sin embargo, tiene varias perlas escondidas. Sobre todo cuando Lee deja un poco de lado su fanfarronería de los últimos años -cuando se convirtió incluso en una estrella de Hollywood- y se presta a contar su lado más personal: cómo conoció a la mujer de su vida, el drama de perder un familiar, la difícil vida de sus padres en plena recesión en Estados Unidos, la llamada del ejército...
Salvando algunas lagunas narrativas, quien haya seguido la trayectoria de Lee se quedará encantado con el encuentro con Jack Kirby y Steve Ditko. Fueron el trío que alumbró la gran mayoría de los personajes clásicos de Marvel. El protagonista no escatima elogios a quien pasó a su lado. Es de agradecer ese ataque de gratitud. También ese momento en el que rescata los difíciles momentos por los que pasó la célebre editorial, su apuesta por nuevos personajes, algunos fiascos, el tonteo con DC Comics -la gran competencia- y su enorme e incondicional amor por el noveno arte.