El escritor, abogado y expresidente del Principado habló sobre «La moral del comedor de pipas», editada por Trea, en el Ateneo Obrero ante un público encabezado por su sucesor, Javier Fernández, la delegada del Gobierno y el candidato socialista Adrián Barbón
21 mar 2019 . Actualizado a las 08:26 h.Una novela «antisistema» y «muy salvaje» en torno a Luca, un iletrado «que no se da importancia a sí mismo», capaz de convertirse a voluntad en su oso interior, y envuelto junto a un grupo desastrado grupo secreto en una guerra con los «momos», unas entidades que no está totalmente claro en qué consisten, pero que mucho tienen que ver con el orden y la «gente de orden». Así mismo resumió Pedro de Silva su última novela, La moral del comedor de pipas, publicada por la editorial gijonesa Trea, durante la presentación celebrada anoche en la Escuela de Comercio, un multitudinario acto organizado por el Ateneo Obrero en el que fue presentado por los periodistas José Luis Argüelles, Pablo Antón Marín Estrada y Juan Carlos Gea. Las palabras del escritor, abogado y expresidente del Principado fueron escuchadas en primera fila por su sucesor actual, Javier Fernández; el secretario de la FSA-PSOE, Adrián Barbón, la delegada del Gobierno, Delia Losa, y otros dirigentes socialistas, entre los que se encontraba la exalcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso.
Tras diez años desde su última publicación, De Silva ha regresado a la escena literaria con una obra, escoltada por una docena de impactantes ilustraciones de Álvaro Noguera, que marra en primera persona la historia de una persona que muestra «un idealismo muy peligroso», según el autor. «Se lee de un tirón y no te suelta», ha puesto de manifiesto antes afirmar que el texto, redactado para todos los públicos «excepto los niños».
La nueva novela de De Silva es una personal mezcla de sátira, parodia, literatura fantástica, ciencia-ficción y distopía con trasfondo filosófico y tintes de sátira y parodia, pero sin lecturas políticas que uno de sus primeros lectores, el crítico Francisco García Pérez, considera como la primera «novela posmoderna» de su autor, que confesó seguir en la brega con la escritura de una novela de largo aliento en la que se halla actualmente embarcado. El escritor gijonés tuvo un emocionado recuerdo para otra de las lectoras tempranas de la novela antes de su publicación, su esposa Belén Álvarez Mori, fallecida el pasado año, cuya «lealtad crítica» elogió.