Manel Fuentes: «Una obra en casa casi termina con mi matrimonio»

Virgina Madrid

CULTURA

Es buenrollista, le gusta ponerse a prueba y confiesa: «Soy un eterno aprendiz». Tras siete ediciones con «Tu cara me suena», regresa a la televisión con «Masters de la reforma». «Estoy en ese momento en que hago de chófer de mis hijos», asegura

17 jun 2019 . Actualizado a las 10:50 h.

Se atreve con todo y no entiende la vida sin humor y sin música: «Me podría refugiar en un programa cómodo para no complicarme la vida, pero me gusta asumir nuevos retos, porque me cargan las pilas». Manel Fuentes (Barcelona, 1971) no para. Nos despierta desde las ondas con Atrévete, y ejerce de maestro de ceremonias en Masters de la reforma. «El secreto para sobrevivir a una reforma es tener grandes dosis de paciencia, resignación y mucho sentido del humor, si no la obra acaba contigo y con tus nervios», dice. Le hace feliz jugar con sus hijos y tomarse el aperitivo con sus colegas -«La clave para sentirte bien es transformar lo ordinario en extraordinario»- y confiesa: «La vida es más bonita con una sonrisa y con una canción. Todos tenemos nuestra banda sonora».

-Manel, en tu último proyecto no te ha dado ningún reparo remangarte y ponerte manos a la obra. ¿Contento con «Masters de la reforma»?

-Muy satisfecho. Me apetecía mucho probar un programa de este tipo en el que uno hace un poco de todo, desde ser el hilo conductor entre los participantes y los expertos hasta contar las historias personales de cada equipo. Además trabajamos en exteriores, vamos recorriendo el país… Y cuando hace falta, pues me animo y echo una mano y arrimo el hombro. He aprendido un montón de ideas y trucos de bricolaje y decoración. Ha sido una experiencia divertida y muy enriquecedora.

-Una reforma en casa es una de las experiencias más estresantes junto con un divorcio o la pérdida del empleo.

-¡Claro! Es que es horrible y parece que no se acaba nunca. Yo hice una gran obra en mi casa y casi acaba con mi matrimonio. ¡Ja,ja,ja! Cometí el error de confiar en un supuesto amigo de la familia para emprender la obra y con el paso de los días descubrí que quería sacar tajada y no era más que un pirata. Menos mal que apareció un «ángel» y terminó la obra. Pero confieso que fue desesperante.

-Tras pasar estas semanas lidiando con los participantes y sus respectivos desafíos arquitectónicos, ¿cuáles crees que son las claves para sobrevivir a una reforma?

-Sobre todo paciencia, resignación y mucho sentido del humor, si no la obra acaba contigo y con tus nervios. Ja,ja,ja.

-En el programa, los concursantes tienen que llevar a cabo tres retos. ¿Eres un hombre de desafíos?

-Soy el eterno aprendiz. Aprender es obligatorio para crecer, para progresar y para afrontar inseguridades y límites. Me podría refugiar en un programa cómodo para no complicarme la vida, pero no es mi forma de ser. No vivo del pasado, ni me dedico a colgar fotos del ayer. Me gusta ponerme a prueba, explorar otros formatos, asumir nuevos retos, porque me cargan las pilas.

-Periodista, humorista, presentador. ¿Qué ponemos en tu DNI?

-Curioso. Es mi mejor definición. Me gusta implicarme mucho en cada nuevo proyecto y siempre lo abordo con responsabilidad y con gran ilusión.

-Periodista todoterreno, a lo largo de tu carrera todos tus proyectos de radio y de televisión contienen grandes dosis de humor.

-Pues sí. No entiendo la vida sin humor y sin música. El humor es imprescindible, porque te ayuda a quitarle peso a los problemas, a sobrellevar los obstáculos del día a día con una sonrisa. La vida es más bonita con una sonrisa y con una canción. Todos tenemos nuestra banda sonora.

-Ahora nos despiertas con «Atrévete».

-Sí. Me lo paso fenomenal, porque la clave es despertarnos con humor y música. Yo empecé en la radio y de ahí mi gran vinculación a las ondas. La radio es inmediatez, frescura y espontaneidad, pero también te enseña a lidiar con la incertidumbre del directo. Tiene algo mágico. Eso sí, la televisión es puro espectáculo, entretenimiento y diversión. No puedo elegir. Disfruto mucho de ambos medios.

-Atrévete, ¿a qué?

-A vivir, a disfrutar plenamente, a desprenderte de aquello que te hace daño, a enfrentarte a tus miedos e inseguridades. Pues eso, atrévete.

-Hablando de música. Tienes tu propia banda, Spring’s Team, e incluso hiciste un espectáculo, «Mi vida con Bruce», donde le rendías un homenaje.

-Me entusiasma. Empecé a escuchar a Bruce Springsteen gracias a un tío mío que era admirador de sus temas. Años después fui a un concierto suyo en Barcelona y descubrí que es un comunicador excepcional. Y cuando tuve la oportunidad de entrevistarlo me cautivó su faceta más personal, porque es un tipo muy comprometido con los problemas de su tiempo.

-Echando un vistazo a tu trayectoria descubrimos desde «Crónicas Marcianas» a «Caiga quien caiga», pasando por presentar la Gala de los Goya y más recientemente el popular «Tu cara me suena». ¿Es esta la trayectoria profesional que tú deseabas realizar?

-Estoy muy contento y satisfecho del camino recorrido, porque mi objetivo siempre ha sido pasármelo bien y poder sacar mi lado más gamberro y canalla con el fin de divertirme y además hacer un poco más feliz al público, y lo estoy logrando. Ahora, que estoy pensando en nuevos proyectos, me gustaría actualizar formatos antiguos que tuvieron éxito con la música como vehículo de conexión, con grandes dosis de humor para provocar la risa y siempre en un tono positivo. A ver qué pasa.

-Si te digo «Caiga quien caiga», ¿qué es lo primero que se te viene a la cabeza?

-Etapa de risas y diversión. Precisamente, este sería un formato que podría actualizarse y estoy convencido de que ahora pegaría fuerte.

-Se te ve un tipo buenrollista. ¿Lo eres?

-Sí, siempre soy optimista y positivo. Tuve una infancia complicada y el humor fue mi salvavidas, es como mi as debajo de la manga y además dulcifica el corazón.

-¿Qué te carga las pilas? ¿Qué te hace feliz?

-Estar con mi chica y mis hijos, tomarme el aperitivo con mis colegas, tocar con mi banda, disfrutar de un paseo al sol, cosas sencillas. La clave para sentirte bien es transformar lo ordinario en extraordinario y ser consciente plenamente de las cosas buenas que vivimos en el día a día sin pensar en el futuro o mirando al pasado constantemente.

-Te veo muy centrado en el aquí y en el ahora, ¿por si el día menos pensado algo se tuerce?

-¡Claro! Cuando vienen mal dadas hay que tirar adelante, aunque cueste y sea doloroso.

-¿Yc uáles son tus apoyos en esos momentos complicados?

-Cuando vienen mal dadas y estoy mal, me siento mejor con el abrazo de mi gente, o a veces una mirada de apoyo y comprensión alivia mucho.

-Has mencionado a tus hijos. Cuando te toca lidiar con ellos, ¿haces de poli bueno o de poli malo?

-¡Ja,ja,ja! Pues mira, depende del día y de la temática del asunto. Ser padre hoy con las pantallas y los móviles es bastante complicado, porque toca poner límites y siempre cuesta y es una batalla. Disfruto jugando con ellos o viendo una peli. Ahora, estoy en ese momento en que me toca hacer de chófer de mis hijos. Es la vida.

-¿Tu ilusión del momento presente?

-Dormir más. Descanso pocas horas y es duro. Me levanto muy temprano para hacer el programa de radio y el cuerpo lo va notando. Dormir, dormir y dormir.