«La Alemania de Weimar. Presagio y tragedia», un ensayo ya clásico de Eric D. Weitz

H. J. P. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Detalle del collage «Corte con el cuchillo de cocina dadá» (1919), obra de Hannah Höch, que ilustra la edición de Turner del libro de Weitz
Detalle del collage «Corte con el cuchillo de cocina dadá» (1919), obra de Hannah Höch, que ilustra la edición de Turner del libro de Weitz

El libro fue recientemente revisado por el autor y reeditado en español por Turner con motivo del centenario de la República de Weimar, establecida el 11 de agosto de 1919

25 ago 2019 . Actualizado a las 09:34 h.

Con la República de Weimar en Alemania (y no solo en Alemania) pasa a menudo lo que sucede muchas veces con la Segunda República en España (y no solo en España), que se la relaciona causal y directamente con el ascenso de Hitler al poder y la instauración del Tercer Reich, como ocurre aquí cuando se culpa al Gobierno republicano del estallido de la Guerra Civil y la imposición del régimen franquista.

Parece que fueran una experiencia democrática indispensable en el camino hacia la dictadura más cruel y abominable. Por eso se antoja tan importante el acceso a una información veraz y rigurosa, y en esta línea cobra interés la obra del catedrático de Historia estadounidense Eric D. Weitz (1953) La Alemania de Weimar. Presagio y tragedia, ensayo revisado y reeditado por Turner con motivo del centenario de la República de Weimar, establecida el 11 de agosto de 1919 y que tomó el nombre de la ciudad donde se pactó su audaz Constitución: sufragio universal, igualdad de hombres y mujeres, y defensa de la libertad individual [Los redactores fueron a Weimar huyendo del ruido y la violencia que asolaban Berlín, en medio aún de la revolución alemana de 1918-1919 en que irrumpieron las masas como sujeto político y factor de modernidad].

El período republicano -entre 1919 y 1933- es fascinante, y no solo por un esplendor cultural que favoreció la aparición de obras de figuras tan imprescindibles como Gropius, Thomas Mann, Weill, Brecht, Otto Dix, Grosz, Fritz Lang... Es decir, lo que habitualmente se llama la Alemania de entreguerras, que vivió un gran apogeo en la pintura, la literatura, la arquitectura, la música y el arte en general.

Es esa fugaz Arcadia, con sus luces y sus sombras, con sus convulsiones políticas y económicas, la que indaga Weitz, y la que, advierte, es un ejemplo de la fragilidad de la democracia que debe servir para alertar de los riesgos que conllevan amenazas como la que supone hoy que los conservadores tradicionales legitimen a la derecha racista y radical.