El último filme del realizador francés Alexandre Aja es una «monster movie» en la vertiente que mejores resultados ofrece: chica contra monstruo que quiere devorarla
25 ago 2019 . Actualizado a las 09:33 h.Tras fracasar con adaptaciones contemporáneas de clásicos de terror de los 70 -Las colinas tienen ojos o Piraña-, el francés Alexandre Aja se ha quitado la espina de Hollywood volviendo a la sobresaliente senda que, hace 15 años, le llevó a dirigir Alta tensión, una de las mejores y más perversas películas de terror de las últimas décadas. El cineasta galo regresa así a lo que sabe hacer mejor, esto es dirigir una pequeña película de género, deturpada, claustrofóbica, concentrada, casi conceptual a veces, alejado de las veleidades novedosas que lo tentaron como aquella terrible Horns.
Infierno bajo el agua es lo que se llama una monster movie, en la vertiente que más resultado da: chica contra monstruo que quiere merendársela. De hecho, la película ha sido titulada así por los distribuidores españoles para evocarnos arteramente Infierno azul, reciente sleeper veraniego y barato -las dos son películas de 15 millones que aspiran a ganar más de cien- donde la dorada heroína surfista Blake Lively se enfrentaba a un glotón tiburón blanco.
Y, con la segunda entrega de A 47 metros aún pululando por las salas, Infierno bajo el agua brilla, por comparación, todavía más en su apabullante ritmo y espíritu conciso. Como dijimos, es una cinta de cocodrilos asesinos contra heroína -a lo, por ejemplo, El territorio de la bestia o Aniquilación- pero con el Tiburón spielbergiano como referente. Comienza la cosa con un tiburoncito de juguete balanceándose en el salpicadero del coche de la protagonista, nadadora que viaja a Florida a buscar a su padre que no contesta al teléfono, en medio de un huracán de máximo nivel que lo inunda todo. Papá está herido y sitiado -en el sótano de la casa familiar- por una horda de enormes caimanes y la sirena deberá demostrarle a su progenitor y entrenador que es más depredadora que los propios saurios.
Además de la acción rutilante, hay, también, algún momento irónico, donde Aja acelera la carrera de la mujer contra el saurio, como en las películas del Tarzán de Weissmüller. Gran humorada. Además, Kaya Scodelario -la última protagonista de la saga Piratas del Caribe- despliega una panoplia arrebatadora de recursos físicos y gestuales, con sus expresivos ojos verdes y cuerpo de atleta. En fin, para ser felices durante una hora y media, como en los buenos tiempos del cine.
«CRAWL»
Estados Unidos, Francia, Serbia, 2019.
Director: Alexandre Aja.
Intérpretes: Kaya Scodelario, Barry Pepper, Ross Anderson, Jose Palma, Anson Boon, Morfyd Clark, Ami Metcalf, George Sommer.
Terror - Aventuras.
87 minutos.