Los «poetas del lápiz» que ilustraban la literatura española del siglo XIX

Antonio Méndez / H. J. P. LA VOZ

CULTURA

«Librería de los editores cuando se expone El Museo Universal», imagen utilizada para la portada del libro «Historia de la literatura ilustrada española del siglo XIX»
«Librería de los editores cuando se expone El Museo Universal», imagen utilizada para la portada del libro «Historia de la literatura ilustrada española del siglo XIX»

Profesores y expertos analizan la relación entre la pintura y las letras en libros de Galdós o Pardo Bazán

27 ago 2019 . Actualizado a las 09:03 h.

«Son poetas, que en vez de la pluma manejan el lápiz». De esta manera, el escritor Leopoldo Alas Clarín describía el trabajo de los hermanos Mélida, encargados de la parte ilustrada de la edición del siglo XIX de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós. Dichas palabras, aparecidas en 1882 en un artículo de la Revista Asturiana, reflejan el ambiente en que trabajaron los ilustradores durante el período decimonónico: una conexión con los escritores de la época y un auge dentro de la literatura en la mayoría de sus campos.

Describir y sistematizar esta relación entre pintura y letras es el núcleo de la publicación Historia de la literatura ilustrada española del siglo XIX, una obra coeditada por la Universidad de Cantabria (UC) y la Universidade de Santiago de Compostela (USC).

El libro -coordinado por los profesores de la UC Raquel Gutiérrez Sebastián y Borja Rodríguez Gutiérrez y el profesor de la Universidad de Alicante José María Ferri Coll- incorpora un conjunto de textos de docentes, investigadores y expertos de instituciones como la Sociedad Menéndez Pelayo.

Dichos escritos componen un argumentario que explica el auge de la ilustración en la literatura del siglo XIX y describen la unión entre ambos campos, ejemplificada en obras de escritores decimonónicos tan notables como Galdós, Emilia Pardo Bazán, Leopoldo Alas, Juan Valera, José María de Pereda y Gustavo Adolfo Bécquer, entre otros.

Un movimiento global

Como detalla el director de publicaciones de la USC, Juan Luis Blanco Valdés, el asentamiento del dibujo en la literatura de aquella época se debe, fundamentalmente, «a los avances técnicos en el grabado, al aumento en los índices de alfabetización y las necesidades propagandísticas de los diferentes movimientos políticos de entonces». Además, como se subraya en varios capítulos de la obra, la comunicación entre los artistas y los escritores también resultó importante para el desarrollo de esta disciplina.

Por otra parte, Blanco Valdés destaca el alcance social y cultural del grabado en aquella época: «No solo están los grandes nombres de la narrativa española de la época, sino que la ilustración estaba presente en la prensa, en el teatro, en el costumbrismo, en la literatura de ciencia ficción, infantil o de viajes, etcétera. Era un movimiento global, no una tendencia aislada».

El XIX es el siglo del realismo. Dicho movimiento también se refleja en los dibujos que apoyan las obras analizadas en el libro. Blanco Valdés se muestra conciso al describir las características del grabado: «Realista, de un enorme esmero, de una técnica extraordinaria y de una enorme elegancia». Figuras como Apel·Les Mestres, Francisco Lameyer o Federico Madrazo incorporaron su arte a las obras literarias de la época para elevar la fama de las mismas e, incluso, atraer a los lectores.

Blanco Valdés subraya la importancia de Historia de la literatura ilustrada española del siglo XIX por «el amplio abanico de temas y territorios críticos y teóricos que aborda», y señala la colaboración entre universidades como la clave de un proyecto en el que fue vital la labor impulsora del catedrático José Manuel González Herrán.