¿A qué le tiene miedo Stephen King?

César Casal González
césar casal REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Al rey del terror le aterroriza la posibilidad de padecer alzhéimer, de olvidarte de quién eres

05 sep 2019 . Actualizado a las 16:34 h.

El rey del terror nos lleva asustando toda la vida. Pronto en el cine lo hará con el payaso de la segunda parte de su obra It. La pregunta es ¿a qué le tiene miedo Stephen King? Uno de los trabajos más clarificadores sobre su manera de crear salió de su puño y letra cuando publicó Mientras escribo. Pero en esas páginas solo encontramos respuestas a sus métodos. Esfuerzo, pensar en un lector, leer y volver a leer son algunos de sus consejos. La cuestión que más le han preguntado es precisamente la de cuáles son sus miedos. Algún periodista logró que reconociese que no le gustaba el número trece. Y que su favorito era el siete. El hombre que nos aterrorizó con el ascensor que se llenaba de sangre en El resplandor y con la persecución en el laberinto de la misma película no es ajeno a echarse a temblar. En una ocasión confesó que no le dan miedo ni el perro que, mordido por un murciélago, pilla la rabia y arrasa con todo (Cujo); ni la niña como la que en su debut le dio la fama y cuyo borrador llegó a tirar a la basura porque no le gustaba el resultado (Carrie), ni la fan de escritor que se vuelve rematadamente loca (Misery). Siempre ha dicho que Kathy Bates hizo la mejor interpretación de todos sus personajes. Como humano que es, lo que más miedo le da es cumplir años, el declive y ver cómo la parca se acerca. Y, entre los posibles deterioros, uno sobresale: tiembla como un niño con tener que enfrentarse al alzhéimer, esa cinta borradora de las memorias que tantas familias hemos sufrido. Ese devastador mal es el que le saca el sueño al autor que escribiendo y con las adaptaciones de sus textos en filmes y series nos ha dejado sin pegar ojo. Conocedor del botón del pánico del dolor casi en todas sus desagradables gamas, por culpa del famoso atropello que casi acaba con su vida, no quiere volver a pasar por un drama así, pero su auténtica pesadilla es muy comprensible: no reconocer a los suyos, olvidarse de quiénes son los que más quieres, olvidarte de quién eres tú y qué haces en el mundo. El fantasma del horror para King es que pueda llegar la noche en la que se despierte sin saber que es Stephen King y que su mujer es Tabita, también escritora, y sus hijos Owen, Joe y Naomi. Un libro que es un iceberg y que nadie quiere protagonizar.