«Divorce» o la difícil tarea de «matar» a Carrie Bradshaw

Mónica Pérez
Mónica Pérez REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Sarah Jessica Parker regresó a la televisión tras el final de «Sexo en Nueva York» con una serie amable que narra el divorcio de un matrimonio de mediana edad con dos hijos

09 sep 2019 . Actualizado a las 13:52 h.

Divorce supuso hace casi tres años el regreso a la televisión de Sarah Jessica Parker, después de despedirse doce años antes de Sexo en Nueva York. Sí, ha pasado tanto tiempo ya del final de la mítica serie... Volvía a la televisión de la mano de HBO con una comedia de treinta minutos que comenzaba, tal y como plantea el título, con un divorcio. La ficción comienza con un planteamiento novedoso a nivel argumental, la infiel es ella, algo que aleja a la mujer de su papel de víctima, cómo se ha mostrado en numerosas ocasiones. El personaje de Sarah Jessica Parker, Frances, engaña a su marido y es la que provoca que la aparentemente apacible vida que lleva el matrimonio se vaya al garete. Sin perder el humor, muestran cómo afronta una pareja que lleva casi veinte años la ruptura, cómo decírselo a los hijos y de qué manera empezar una vida nueva, algo que probablemente nunca habían imaginado que tendrían que hacer. Los reproches, los «y tú más», las discusiones interminables, el dolor, el miedo al futuro, la forma en la que administrar las nuevas relaciones de los ex,...

A favor de Divorce está su duración, lo que permite incluso hacer maratones, y también su ritmo, ya que los capítulos dejan con ganas de saber más de unos personajes que desprenden normalidad. Especialmente entrañable es el de Robert, el marido de Frances, interpretado por Thomas Haden Church, que resulta tremendamente entrañable en numerosos momentos, en los que se le ve muy perdido, en una inesperada situación que él no ha escogido.

En contra probablemente está algo muy obvio, y es que al ver Divorce una siempre vuelve un poco a Sexo en Nueva York. Quizás más aún en la tercera temporada, donde Frances se muda a la ciudad con sus hijos. Esa forma de andar, esa melena, esa cara... Han pasado casi veinte años, pero Sarah Jessica Parker siempre será Carrie Bradshaw.

HBO

Aunque Divorce comienza con un elenco muy pequeño, poco a poco va abriéndose más para presentar al particular entorno del matrimonio. Las amigas de Frances, Diane (Molly Shannon) y Dallas Holt (Talia Bálsamo), recuerdan a veces a Miranda, Samantha y Charlotte, aunque en un punto totalmente distinto de su vida. Cuando se las ve por la calle, con un vaso de café para llevar en la mano, resulta complicado no pensar en las confidencias de las cuatro glamurosas amigas con Manhattan al fondo. Sus circunstancias han cambiado, pero la complicidad parece la misma. 

Sin grandes pretensiones, Divorce es una buena opción para una tarde de lluvia o para ver a ratos, porque consigue sacar la sonrisa con momentos muy tiernos. Tiene tres temporadas y un total de 24 capítulos.