Erritu, bendecir la danza

Yolanda Vázquez

CULTURA

Kukai Dantza presenta en Gijón una pieza que aúna exaltación y etnicismo para congraciar naturaleza y humanidad

26 oct 2019 . Actualizado a las 11:27 h.

Erritu es la palabra vasca que en castellano significa ritual. Y el ancestro bailado del rito bendice. Así podríamos resumir la pieza que la compañía Kukai Dantza presentó el pasado miércoles en el Centro de Cultura Antiguo Instituto (CCAI), dentro del programa de la XIX muestra de Danza Xixón, de la que es uno de los platos fuertes. La obra, que cosechó el premio Max 2019 a la mejor coreografía, no decepcionó al público gijonés, que llenó el patio del CCAI en un día de intensa lluvia. Bien por los vascos, pero, sobre todo, bien por la danza.

Que lo étnico está de moda, eso está claro; se sabe desde hace ya años, en lo que al contemporáneo más tirado a la tendencia se refiere. La ritualidad bailada se llena de nutrientes autóctonos, aditamentos que obedecen a esa querencia por explicar el pasado en clave contemporánea con el ánimo de sujetar un poco mejor el incierto presente. Enraizar para enraizarnos. Vale. Muy legítimo.

Ahora bien, otra cosa son las formas e intenciones que la ritualidad y el etnicismo adquieran, que pueden ser muchas: mística, panteísta (el recurso más fácil) o de aires folkies; y todo ello con el ánimo de mostrar una naturalidad consciente y expresar lo humano elemental en su estado más primigenio. Eso es lo que mostraron los chicos de Kukai Dantza.

Así que a modo de sacerdote, y desde una esquina del patio del edificio histórico gijonés, un particular muecín (vocalista, David Arzuza) convoca con vocablos un tanto jadeantes el tercio para la oración, vistiendo así de sonido hablado la danza, mientras los integrantes de la compañía, a su ritmo, van acudiendo. Sonido para cada paso que acerca el acompañamiento a momentos coreográficos realmente notables y que abren la pieza, de unos 60 minutos de duración, a diversos momentos.

Entre los más destacables, el inicial, con un danzari incansable, u otro, especialmente sensual, con una especie de paso a dos entre hombres que toma como referencia el porte y la pose, haciendo del aire y del espacio una dimensión en suspensión y flotabilidad; dotando los sutilísimos portes y movimientos de un clasicismo muy claro y enormemente enriquecedor para la pieza, pues los bailarines muestran, además de preparación, sensibilidad para transmitir esa aquilatada suspensión.

Justo antes de esto vimos un credo a varias manos, mejor dicho, a varios brazos en abrazos, un círculo, suerte de pantocrátor, que secuenciaba varios movimientos de cabeza y torso en redondo, que a modo de perfecto engranaje sincrónico delimitaban corpóreamente la oración en espléndida y repetitiva secuencia: el runrún del rezo. El bolo que se marcaron cuatro bailarines en medio del patio, con música house, estuvo la mar de entretenido, todo sea dicho de paso.

El rito de Erritu llega, unas partes más que otras, pero deja en el espectador la impresión de estar viendo un ceremonial entero con todas sus partes; y tanto es así, que a esa ceremonia se invita al público al final; recurso escénico que, por otra parte, resulta bastante habitual. Como habitual, también, resultó el estilismo de las faldas, un poco manido ya: se usa un poco demasiado.

En cualquier caso, la idea coreográfica de la pieza va tomando forma de menos a más. El bote del folklore vasco que tan bien queda y que con apresto aéreo está de sobra reconocido y alabado en esta presentación explica un principio, una continuación y un acompañamiento. La idea coreográfica de la pieza va tomando forma de menos a más. Y eso es lo que queda: juntos también se reza.

Ficha artística

Kukai Dantza

Erritu

Idea original: Jon Maya Sein

Coreografía: Sharon Fridman

Bailarines: Alain Maya, Eneko Gil, Ibon Huarte, Izar Aizpuru, Nerea Vesga, Urko Mitxelena

Canto: David Azurza

Creación musical: Luis Miguel Cobo & David Azurza

Asistente de dramaturgia: Antonio Ramírez-Stavibo

Diseño de iluminación: David Bernues & Sharon Fridman

Diseño de espacio sonoro: Ángel Agero

Diseño de vestuario: Ikerne Gime?nez

Diseño de escenografía: Oficina 4Play Arquitectura

Participan en el espectáculo el Coro Melsos y las mujeres del Coro Más que Jazz de Gijón.

Miércoles, 23 de octubre de 2019. Centro de Cultura Antiguo Instituto. Gijón.