«La trinchera infinita»: La agónica asfixia del miedo

miguel anxo fernández

CULTURA

El filme envuelve al espectador en una atmósfera de opresión que recrea el encierro de un topo de la Guerra Civil

02 nov 2019 . Actualizado a las 09:41 h.

Buen año para el cine español. La trinchera infinita tiene lo que pides a la pantalla, una experiencia diferente. Son dos horas y media de cine que te va envolviendo en una atmósfera de opresión, agónica, para que sientas la asfixia del miedo, el que sienten el matrimonio proletario Higinio y Rosa en algún lugar del Sur, arrancando en plena Guerra Civil, con el primero obligado a ser un topo durante más de treinta años para protegerse, primero de los falangistas que le buscan para dejarle cadáver en cualquier cuneta y después de los franquistas, aventados por un vecino que le culpa de la muerte de su hermano y no le olvida. Rosa participa de la misma cárcel interior de su esposo, viendo pasar la vida en permanente tensión y a su vez sintiendo cómo se marchita. Son dos muy trabajados registros de Antonio de la Torre y Belén Cuesta en un drama que transcurre casi todo su metraje entre las paredes de un agujero o de un salón, sometidos a permanente tensión.

No, no es otra sobre la Guerra Civil, como tampoco lo es Mientras dure la guerra, la notable incursión de Amenábar, que también reflexiona sobre los otros conflictos más allá de la trinchera a las que alude el título dirigido a seis manos por Jon Garaño, Aitor Arregui y José Mari Goenaga, de la productora vasca Moriartu Produkzioak, los de Loreak (2014) y Handía (2017). El protagonista acaba vencido por el temor hasta convertirse en un sentimiento irracional que De la Torre transmite con convicción, como Cuesta también encerrada, aunque pueda transitar por la calle y aparentar normalidad. Más allá de mostrarnos a un personaje del bando perdedor, vemos a un ser derrotado cuya aflicción le lleva a lindar la irracionalidad. Al tiempo, el espectador acaba contagiado de ese ambiente opresivo al que ayuda un eficaz trabajo de arte, de luz y fotografía bien ensamblados. Ofrece una mirada inédita sobre aquella tragedia fratricida más allá de coyunturas revisionistas interesadas. Insistamos, se trata del miedo, esa angustia atroz que el espectador acaba sintiendo como propia.

«LA TRINCHERA INFINITA»

España-Francia, 2019.

Directores: Jon Garaño, Aitor Arregui, José Mari Goenaga.

Intérpretes: Antonio de la Torre, Belén Cuesta, José Manuel Poga, Vicente Vergara, Emilio Palacios.

Drama. 147 minutos.