Isaac Asimov, creador de las tres leyes de la robótica y fundador del imperio galáctico

H. J. P. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

El popular novelista de ciencia ficción Isaac Asimov (Petróvichi, Rusia, 1920-Nueva York, EE.UU., 1992)
El popular novelista de ciencia ficción Isaac Asimov (Petróvichi, Rusia, 1920-Nueva York, EE.UU., 1992)

Se cumplen cien años del nacimiento en una aldea de la Rusia soviética del visionario científico, divulgador y escritor estadounidense

05 ene 2020 . Actualizado a las 10:10 h.

I.- Un robot no hará daño a un ser humano ni, por su inacción, permitirá que un ser humano sufra daño.

II.- Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas entran en conflicto con la primera ley.

III.- Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que no entre en conflicto con la primera o la segunda ley.

Estas son las tres leyes de la robótica que formuló el bioquímico, científico, divulgador y escritor Isaac Asimov (Petróvichi, 1920-Nueva York, 1992), un verdadero visionario sobre los caminos que el futuro tenía reservado al hombre, y de cuyo nacimiento en una aldea de la Rusia soviética -a los 3 años ya vivía en EE.UU., adonde emigró con la familia- se cumplieron este jueves cien años. «Una idea pobre bien escrita es probablemente más aceptada que una buena idea pobremente escrita», le gustaba decir, motivación que impulsaba su popularísima literatura.

Desplegó su futuro en dos series, una dedicada a la Fundación (en la que creó el imperio galáctico) y otra a los robots positrónicos (para la que sentó la citada legislación). Ambas abarcan nada menos que veinte milenios y dieciocho libros, que el propio Asimov refundió en la década de los años 80.

En sus predicciones, Asimov hacía hincapié en tres frentes: la guerra nuclear, la tecnología digital y la ocupación del espacio. Pero era un hombre con los sentidos abiertos a lo que ocurría a su alrededor, y en 1989 dejó escrito que el mayor acontecimiento científico del año anterior había sido el efecto invernadero, y cómo este había empezado a calar en el debate público después de la aguda sequía padecida. Sin embargo, decía, él llevaba veinte años alertando de este problema -los excesos en la liberación de dióxido de carbono y la tala de bosques- y no era algo nuevo, que hubiese inventado o descubierto, porque muchos otros lo habían hecho antes que él.

Manuel Toharia y Esteban Sánchez Ocaña entrevistaron en 1982 a Asimov para el programa Alcores, y, sin despeinarse, ante la pregunta «¿asume la teoría que asegura que en el 2000 se considerará analfabeto a quien no sepa manejar una computadora?», contesta que sí, que hasta los niños tendrán que aprender a manejarlas, «y lo harán», subraya con total tranquilidad.