Pío Caro-Baroja y «el duelo por un mundo que casi ha desaparecido»

Ramón Loureiro FERROL / LA VOZ

CULTURA

Pío Caro-Baroja, sobrino nieto del escritor Pío Baroja
Pío Caro-Baroja, sobrino nieto del escritor Pío Baroja

El autor del libro de memoria familiar «El cuaderno de la ausencia» dice que «si Pío Baroja viese la España de hoy sentiría una profunda tristeza»

27 mar 2021 . Actualizado a las 21:10 h.

«Si Pío Baroja viese la España de hoy sentiría una profunda tristeza. Y no solo estaría perplejo, sino también preocupado, viendo en qué se ha convertido la vida pública en nuestro país». Lo dice Pío Caro-Baroja (Madrid, 1969), que es, junto a su hermana Carmen -con la que también comparte la propiedad de la Casa de Itzea y el aliento de la editorial familiar Caro Raggio-, la memoria viva de una familia que tiene un lugar de honor en la cultura española desde que don Pío, el autor de obras como La busca y Zalacaín el aventurero, comenzó a dar a la imprenta sus primeros libros.

Hijo del cineasta Caro Baroja, y sobrino de Julio Caro -antropólogo, y que vivió hasta el fin de sus días en su misma casa-, Pío es, además de un magnífico diarista y un excelente fotógrafo, el heredero de una manera de habitar el mundo que lo hace, como recalca él mismo, situarse de manera muy consciente frente a lo «políticamente correcto» y no renunciar, ni por un instante, al derecho de alzar la voz en defensa de la libertad.

Ahora publica en Cátedra El cuaderno de la ausencia, un libro que nació del diario que comenzó a escribir tras la muerte de su padre. Un diario que, poco a poco, más que un mero espejo de los días se convirtió en una evocación. «Es un libro de duelo -dice Pío-. El libro del duelo por un mundo que, tras la muerte de mi padre, casi ha desaparecido ya».

Gran devoto de Galicia -durante el período de instrucción del servicio militar estuvo en Ferrol, y aprovechó la ocasión para conocer muy bien toda Ferrolterra, y especialmente lugares como Mugardos, que añora siempre-, Pío Caro-Baroja subraya el intenso afecto que unía a su padre, y sobre todo a su tío Julio Caro, con el gran escritor mindoniense Álvaro Cunqueiro: «Eso es algo que no se sabe mucho -comenta-, pero Julio Caro Baroja y Cunqueiro eran muy amigos». Dice que, además del afecto, los unían «muchos intereses comunes», entre los que además de la admiración por la obra y la figura de don Pío Baroja estaba también, sin duda, su fascinación por el «mundo de las brujas», por un mundo de magias que -eso sí- el autor de Merlín y familia y el antropólogo contemplaban de manera muy diferente.

Pío se emociona un poco al recordar a su tío. «Fue un verdadero intelectual. Un intelectual con mayúsculas», remarca. Y confiesa que en más de un sentido su sombra sigue acompañándole. En el fondo, no ha dejado de estar a su lado. Como tampoco dejó de estar junto a los suyos don Pío Baroja cuando falleció. «Es que a los Baroja -concluye, tan en broma como en serio, el autor de El cuaderno de la ausencia- siempre nos gustó vivir juntos. Siempre hemos sido un clan».