«Black Monday»: Un delirio para explicar los agitados 80 en Wall Street

CULTURA

Nicole Wilder

La serie arranca con el desplome global de los mercados ocurrido el lunes 19 de octubre de 1987 e imagina los días previos al crac

04 may 2020 . Actualizado a las 14:42 h.

En la historia bursátil de finales del siglo XX hay un episodio muy destacado y nunca aclarado: el desplome global de los mercados el lunes 19 de octubre de 1987. Se hundieron todas las cotizaciones más de un 20 % sin que hubiera un elemento claro. Algunos brókeres acabaron tirándose por la ventana. Literalmente. Ese es el dramático punto de arranque de Black Monday: un ejecutivo cayendo sobre un lujoso Lamborghini rojo estacionado a las puertas de la Bolsa de Nueva York. Ese enorme drama marca el calendario de una serie que se inventa una respuesta, estrafalaria, a lo que sucedió en los días previos a aquel crac.

Jordan Cahan y David Caspe están detrás de una producción que navega entre el drama y la comedia, y por la que pasan desde un trasunto de los Lehman Brothers hasta corredores de bolsa por cuyas venas corre más cocaína que sangre. Satírica y muy incorrecta, Black Monday recoge las semanas alocadas que terminaron en aquella dramática mañana de octubre, y todo lo que vino después (eje de la segunda temporada que ha emitido recientemente Movistar). Es un entretenimiento ágil (capítulos de apenas 30-35 minutos) que refleja toda la atmósfera de mediados de los ochenta en Estados Unidos: su música, sus coches, su forma de vestir, la irrupción de aquellos ordenadores con caracteres verdes... Pero también el machismo y el racismo. Todo funciona gracias a un trío protagonista extraordinario y excesivo: Andrew Rannells, como (aparente) novato bróker; Regina Hall, la única mujer en ese mundo; y, sobre todo, Don Cheadle, Mo en la serie, el tipo que pone patas arriba Wall Street con sus maneras de operar en la bolsa, una mezcla de genio y vendemotos que borda el protagonista de Hotel Ruanda.