En septiembre inicia la grabación de la tercera temporada de «Un país para escucharlo», por lo que este verano solo hará dos conciertos. Uno de ellos, hoy en Vigo. Y aún le queda pendiente despedir a Tequila
Sigue recorriendo Ariel Rot las plazas de los pueblos pero a la procura de paisajes y paisanajes muy distintos a los de antaño. Con la guitarra siempre presta y más dispuesto a escuchar y a aprender que a adoctrinar, hemos descubierto a un músico sensible y discreto, curioso y valiente, permeable y desprejuiciado. Entregado casi por completo a ese afán por compartir su pasión por las músicas. Así, en plural. Porque asegura que ahora ya no las entiende de otro modo.
Parapetado tras sus sempiternas gafas y una franca sonrisa disimula el argentino su pudor a la hora de inquirir, sabedor de que al final vencerá su magnetismo y su solvencia en las seis cuerdas. Y es que a ningún otro músico como a él le ha sentado mejor el paso del tiempo.
Le propongo realizar la entrevista sin citar las palabras coronavirus ni pandemia. «¡Oh! Fabuloso, acepto el reto».
-Has demostrado que este es un país para escucharlo, pero ¿es este un país que escucha?