«La guerra de los pobres», última novela del escritor francés Éric Vuillard

H. J. P. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

El escritor Éric Vuillard, la portada de su nueva novela y el retrato del protagonista, Thomas Müntzer
El escritor Éric Vuillard, la portada de su nueva novela y el retrato del protagonista, Thomas Müntzer

El novelista recrea la vida de Thomas Müntzer como impulsador de la sublevación campesina alemana en el primer cuarto del siglo XVI

17 sep 2020 . Actualizado a las 08:50 h.

Desde que Éric Vuillard (Lyon, 1968) dio el pelotazo en el 2017 con El orden del día al ganar el Goncourt y hacerse con el aprecio del lector, todos esperaban ver de qué forma el autor francés elevaría el listón en su nueva obra. El tirón en Espańa de aquella narración, que servía una novela histórica de gran calidad -mezclando ficción y realidad con enorme imaginación: «Las fantasías son no obstante una de las vías de la verdad», dice en La guerra de los pobres-, animó la edición de otros títulos anteriores, que igualmente volvían sobre relevantes acontecimientos del pasado: 14 de julio (la Revolución francesa) y La batalla de Occidente (la Gran Guerra). Siempre ataca los hechos con una óptica muy peculiar, ya que fija su mirada en personajes secundarios y en momentos casi de carácter privado, evitando centrarse en los grandes hitos sobre los que los historiadores acostumbran a erigir su relato. Ninguna de las dos novelas alcanzaba la fuerza de El orden del día, en la que Vuillard había logrado construir poderosísimas imágenes, como la inicial reunión de industriales para valorar su apoyo al proyecto nacionalsocialista y el encuentro entre Hitler y el canciller Von Schuschnigg para negociar la adhesión de Austria. Claro que el diabólico magnetismo del Führer contribuye a que esas escenas tengan una tensión tan seductora para el lector... Puede que ahora en La guerra de los pobres haya encontrado una figura de atractivo en Thomas Müntzer, predicador alemán que alentado por la Reforma de Lutero promueve en el primer cuarto del siglo XVI una revolución de los oprimidos campesinos. «No se subleva Dios [como dice creer Lutero], se sublevan la servidumbre, los feudos, los diezmos, el decreto de manos muertas, el arriendo, la tala, el viático, la recogida de la paja, el derecho de pernada, las narices cortadas, los ojos reventados, los cuerpos quemados, apaleados, atenaceados». No es El orden del día, pero se le acerca.