No pudo ser

SANTOS GONZÁLEZ

CULTURA

Una niña, en una clase de matemáticas
Una niña, en una clase de matemáticas ISTOCK

10 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Se acerca, un año más, la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias, acontecimiento especial, para que Oviedo, y en general Asturias brillen con luz propia en España y en el mundo. Una ocasión para seguir presentando esta tierra, sus gentes, sus logros y lo que es más importante su posible futuro. Pero este año el dichoso Covid-19 ha venido a cercenarnos esa posibilidad, casi la única que tenemos. Es verdad que el acto va a celebrarse, por primera vez, en el Hotel Reconquista, pero sin público. Y sobre todo sin público en la calle, que es la clave para lucir la entrega de una sociedad que vive como ninguna este precioso momento. La confluencia de la sociedad con los premiados es siempre majestuosa, un poco de aire fresco que rompe la rutina cotidiana. Pero no va a poder ser este año. Ojalá el próximo haya pasado y podamos vivirlo con mayor intensidad, aún más.

Y este año, como matemático, estamos muy honrados por la concesión del galardón a cuatro genios de la matemática mundial, Yves Meyer, Ingrid Daubechies, Terence Tao Y Emmanuel Candès. Llevo 30 años como catedrático de Álgebra en Oviedo , y los primeros nueve fui el responsable de la puesta en marcha de los estudios de Matemáticas en esta Comunidad. No ha sido fácil pero hoy numerosos titulados de esta disciplina inundan las aulas de docencia, los Centros de Investigación, las empresas. Una esperanza hecha realidad para Asturias. Y en estos años el Premio Príncipe de Asturias, que recibió Amable Liñán (antes también Santaló), la concesión en 1994 de la Medalla Fields a Efim Zelmanov (estrechísimamente vinculados con nosotros y por eso fue Oviedo el primer lugar que visitó tras su concesión y sigue haciéndolo), los Doctorados Honoris Causa de Zadeh, Sixto Rios, Zelmanov y Juan Luis Vázquez, son algunos ejemplos de acontecimientos que han situado la matemática asturiana en el mundo.

Y este año la concesión a Yves Meyer, Ingrid Daubechies, Terence Tao y Emmanuel Candès ha sido un broche de oro que nos hace muy felices a todos. El tema Las técnicas de procesamiento matemático de datos y señales, base y soporte de la era digital que motiva la concesión y el brillante CV de los galardonados da idea del momento tan bonito que está viviendo la matemática en el mundo. Siempre la matemática ha estado en todos los avances de la sociedad, es más, los ha desarrollado e incluso los ha motivado.

Hoy nuestros alumnos lo saben bien, por eso la nota de corte el presente año de entrada en la universidad es superior a la de Medicina, hecho insólito. Y nos han llenado las aulas, viniendo de todas las partes del país.

Nosotros estábamos muy ilusionados con la llegada de estos genios, no tanto, y solo por nosotros, sino por estos estudiantes, por los más jóvenes y por la sociedad en general. Verles de cerca y conversar con ellos es una experiencia única que espero, no obstante, pueda darse en otro momento. Particularmente siento admiración por Terence Tao, un genio superdotado, amable y sencillo. Yo lo conozco y no creo equivocarme en este juicio. Nuestro niños y niñas pueden ver en él su futuro, lo que pueden hacer para, sirviéndose de esta disciplina, ocupar un lugar brillante en el mundo profesional. Y al mismo tiempo tirar de Asturias. Los datos, la ciberseguridad, las imágenes, son líneas transversales y tal vez las más importantes en el mundo digital que tenemos ante nosotros. Y las matemáticas son clave para ello. Agradecemos también, a través de estas líneas, al Ayuntamiento de Oviedo su financiación del Concurso Ciudad de Oviedo sobre los galardonados que hemos puesto en marcha la Cátedra de Inteligencia Analítica que dirijo, la Real Sociedad Matemática Española y el apoyo y entrega siempre generosa de nuestro Juan Luis Vázquez.

Ojalá este dichoso virus nos deje pronto y volvamos a la normalidad real. Pero de momento, nos conformemos con el plasma y con “verles” en la distancia. Su ejemplo seguirá vivo entre nosotros y sólo les podemos decir, hasta pronto por Asturias

*Catedrático de Matemáticas