Pablo Agüero recrea con un discurso de calado feminista un caso de acusación de brujería en el País Vasco de 1609
12 oct 2020 . Actualizado a las 09:17 h.La tristemente famosa Santa Inquisición y sus excesos desde que en la España de avanzado el siglo XV la Iglesia la utilizó para limpiar el territorio de judaizantes y sus cosas. Contribuyó lo suyo a cargarse la demografía con las excusas más dispares que escandalizan a quien bucea en su historia. Leo que uno de los más celebrados inquisidores fue un tal Pierre de Lancre, juez francés además de misógino y sectario en cosas de fe, curtido en casos de brujería (laminó a casi 200 infelices, en su mayoría mujeres), que en 1612 publicó Tratado de la inconstancia de los malos ángeles y demonios (se puede encontrar en castellano como Tratado de brujería vasco), relatando su paso por Euskadi en 1609 para un caso que se recrea en Akelarre, coproducción a cargo del director argentino Pablo Agüero, que procura afrontar el tema sin recurrir a efectismos coyunturales propios del cine de terror y priorizar el enfoque femenino.
Varias jóvenes de una aldea vasca, que tiene a sus hombres embarcados por Terranova durante varios meses, serán acusadas de brujería por un inquisidor y su consejero, obsesionados por conocer el rito del Sabbath, que supuestamente celebran de noche, imaginan ellos que con mucha lascivia y sus periferias, algo que el espectador sabe falso desde el primer momento. El guion jugará con esa baza para articular un discurso de calado feminista, al tiempo que destapa las vergüenzas de aquella institución para la cual el Diablo tenía forma de mujer. La estructura del filme muestra dos partes, aunque de modo involuntario, pues la primera se dilata en exceso para dar paso a una segunda más sustanciosa, tanto por el interés de los diálogos durante el desarrollo de la causa, como por el magnetismo de Amaia Aberasturi, bien correspondido por Àlex Brendemühl, como su señoría. El cuidado trabajo de ambientación, el uso de la música y las canciones como parte de la trama, así como el tono aportado por Javier Agirre Eraiuso a la fotografía, dotan a la trama de una atmósfera por momentos poderosa, incluso con cámara en mano y uso de zoom.
«AKELARRE»
Argentina-España- Francia, 2020.
Director: Pablo Agüero.
Intérpretes: Amaia Aberasturi, Àlex Brendemühl, Daniel Fanego, Íñigo de la Iglesia, Elena Uriz, Garazi Urkola.
Drama. 90 minutos.