«Greenland»: El año del cometa

Eduardo Galán blanco

CULTURA

Ric Roman Waugh firma un filme de nula originalidad, perfecto para la Era Trump con su mensaje de sálvese quien pueda

20 oct 2020 . Actualizado a las 09:17 h.

Bajo su apariencia de correcta película de ciencia ficción, de producto entretenido para ver y olvidar, Greenland: El último refugio encierra un artero mensaje de sálvese quien pueda, de que pocos serán los elegidos y muchos los inmolados en el Apocalipsis que viene. A nadie se le escapará que el discursito de fondo resulta poco apropiado para los tiempos que corren, para este annus horribilis. Además, el filme es un auténtico pestiño, por muchas mentes que narcotice. Y es que hablamos de una película perfecta para la Era Trump.

Greenland comienza con Gerard Butler -¡qué actor tan profundamente antipático!-, currante cualificado de la construcción, preocupado por algo intangible que está en el aire. Solo él, entre los muchos compañeros que están a pie de obra, nota que algo va mal, que el cometa del que todo el mundo habla y que va a soltar un fragmentito en el mar, lejos de todo -espectáculo que se va a retransmitir por televisión-, es un castigo cósmico para pecadores de la pradera.

El protagonista está pasando por momentos de crisis marital con Morena Baccarin -esa mujer atractiva y ojerosa con aspecto de marciana de V-, pero la familia unida -junto a su pequeño cachorrito- vencerá sus problemas y luchará por alcanzar el Paraíso, o quizá el Purgatorio. Butler recibe una llamada y un código para que, junto con su unidad familiar, vaya a un punto de recogida. El destino es un refugio subterráneo en la Groenlandia que quiso comprar Donald. Les han tocado unas codiciadas pulseras-salvoconducto en la loca tómbola del mundo de la película.

El resto es la aventura de la familia, los avatares rocambolescos para llegar -por tierra y por aire- al lugar seguro, mientras los fragmentos -del tamaño de campos de fútbol- se cepillan al resto de los humanos. Y todo va a piñón fijo, sin que nada -pero nada de nada- nos parezca mínimamente original. El director -que comenzó en el cine como especialista de acción- se da cierta maña con el ritmo -ya lo vimos con otro truño de tintes catastrofistas titulado Objetivo Washington- pero maneja unos materiales mucho más tópicos que los de sus películas más logradas: Criminal y El mensajero, filmes nada especiales pero más agradecidos.

Y al final -perdón por el spoiler destripador- viene un episodio evangélico de renacimiento y pajaritos. ¡Lo que hay que sufrir!

«GREENLAND»

EE.UU.-Reino Unido, 2020.

Director: Ric Roman Waugh.

Intérpretes: Gerard Butler, Morena Baccarin, Roger Dale Floyd, Scott Glenn, Hope Davis, David Denman, Randal Gonzalez, James Logan.

Acción-Ciencia ficción.

118 minutos.