«Emma»: La levedad de la clase ociosa

eduardo galán blanco

CULTURA

17 nov 2020 . Actualizado a las 10:22 h.

Las novelas de Jane Austen -Sentido y sensibilidad, Orgullo y prejuicio, Mansfield Park o Persuasión- han llegado en muchas ocasiones a las pantallas -a la grande y a la pequeña- con resultados muy desiguales pero casi siempre con notable popularidad. Para bastantes espectadores la historia de Emma estará asociada al rostro de Gwyneth Paltrow que, hará ya unos veinticinco años, interpretó a la sosias de Austen en una adaptación muy celebrada. Y los más veteranos del lugar recordaremos un Estudio 1 añorado y pobretón donde Lola Cardona personificaba a la casamentera dieciochesca de Hartfield.

Desde el legendario plató en blanco y negro de TVE, en real pirueta olímpica, nuestra memoria intenta saltarse cincuenta años para adaptarse a los exteriores ingleses y a los ricos estudios de Pinewood, en esta nueva versión del mundo de Jane Austen, aligerada de la profunda ironía y melancolía de la autora de Hampshire pero cargada de la indiscutible belleza que la tradición británica -filtrada por el estilo BBC- le da a los filmes de época. Nunca un amarillo fue tan amarillo como en ese vestido que envuelve a la élfica Anya Taylor Joy -la inquietante bizca de La bruja-, perdida entre los rituales ociosos de la idle class. Al compás de las estaciones, entre bailes que quieren emular en significados a Bertolucci, minuetos de Mozart y cristales de Swarovski, asistimos a animados bodegones de la vida de los ociosos ricos del rural inglés, universos reconcentrados que tan bien retrató Austen. La fotógrafa, diseñadora artística y directora Autumn De Wilde nos regala un continuo y pictórico espectáculo pero sin entender en realidad las heridas de la educación sentimental, los amores tardíos o los desamores cruzados que eran el corpus argumental de una de las mejores escritoras en lengua inglesa.

Pero bueno, lo cierto es que, pese a su levedad, la película está agraciada con buenas encarnaciones, entre las que sobresale la de la tierna enamoradiza Mia Goth o la del melifluo pastor interpretado por Josh O'Connor actor que ya coincidió recientemente -en Regreso a Hope Gap- con un soberbio Billy Nighy, grandiosamente medido como al padre de Emma, eternamente preocupado por las corrientes de aire y mimetizado con la tapicería de un sofá o con los biombos chinos. Cosas de la indolencia.

«EMMA»

Reino Unido, 2020.

Directora: Autumn De Wilde.

Intérpretes: Anya Taylor-Joy, Johnny Flynn, Mia Goth, Josh O'Connor, Billy Nighy, Callum Turner, Miranda Hart, Rupert Graves, Amber Anderson.

Comedia dramática.

124 minutos.