La Revolución mexicana, contada en primera persona por John Reed

Xesús Fraga
x. fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Detalle de una de las ilustraciones de «México insurgente»
Detalle de una de las ilustraciones de «México insurgente» alberto gamón

Una edición ilustrada recupera las crónicas del periodista norteamericano

23 nov 2020 . Actualizado a las 08:46 h.

Antes del Nuevo Periodismo, antes de Truman Capote y Norman Mailer, ya estaba John Reed. Sus crónicas de dos revoluciones que marcaron el siglo XX, la rusa -narrada en Diez días que sacudieron el mundo- y la mexicana -México insurgente-, son documentos históricos que se disfrutan hoy con la misma pasión y entusiasmo lector sin que haya perdido un ápice de agilidad. Capitán Swing y Nórdica ya habían publicado una edición ilustrada -por Fernando Vicente- del primero de los libros, y ahora presenta un México insurgente con el trabajo gráfico de Alberto Gamón, mientras que Íñigo Jáuregui repite como traductor.

Detalle del proceso de trabajo del ilustrador
Detalle del proceso de trabajo del ilustrador alberto gamón

Reed consigue situar al lector en el corazón de la revolución, al lado mismo de Pancho Villa, gracias a su oído para el diálogo y su atención al detalle, que no olvida canciones y paisajes. Un viaje temporal y espacial al que se añade otra capa, la que pasa la revolución por el filtro de la mirada de Alberto Gamón. El estilo del ilustrador zaragozano es muy definido, pero siempre intenta adaptarlo a cada proyecto. En este caso, se leyó más libros de Reed y se nutrió del visionado de películas y documentales sobre el tema. Los muralistas mexicanos también fueron una referencia -Rivera, Siqueiros y Orozco-, pero también otros artistas como José Guadalupe Posada, José Chávez Morado o José Miguel Covarrubias y no mexicanos como Fernando Botero, J. Borges, Max Beckmann o George Grosz, explica el ilustrador. «Me apetecía que mis ilustraciones tuvieran esa mezcla de lo popular y lo grotesco. También algo del Barroco americano, un arte mestizo, mezcla del arte español (religioso) y del arte precolombino. Me pareció muy apropiado, puesto que la Revolución mexicana fue una guerra de clases sociales, pero también de razas», detalla sobre su proceso de trabajo para el libro.