El último Bowie sigue asombrando cinco años después de morir

Javier Becerra
Javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

David Bowie en el videoclip  Lazarus
David Bowie en el videoclip Lazarus

Hoy se cumple un lustro del fallecimiento de un artista cuyo disco final supuso una pirueta artística sin precedentes

10 ene 2021 . Actualizado a las 10:07 h.

Hace hoy un lustro que moría David Bowie. La noticia trascendía por la mañana. De noche, cientos de fans se echaban a la calle en Londres para interpretar piezas como Starman o Space Odditty. Era el modo de exorcizar la tristeza de su pérdida, pero también el de mostrar la alegría de haber crecido al amparo de unas canciones que, para muchos, fueron un refugio. El Duque Blanco se dirigía a los afligidos, los raros y los confundidos. Les cantaba a ellos directamente y se erigía en portavoz de sus inquietudes ante una sociedad totalmente desconcertada con aquella criatura tan fascinante como cambiante.

Dos días antes de fallecer en Nueva York, a causa de un cáncer de hígado, cumplía 69 años. Editaba Blackstar, un disco de rock oscuro escorado al jazz y una narrativa que se iba a descubrir poco después como una vertiginosa sorpresa. La experimentaron sus seguidores aquel 10 de enero del 2016. El disco situaba al artista más allá de su vida, cantando desde la muerte. «Mira aquí arriba, estoy en el cielo / tengo cicatrices que no se ven», dejó grabado en la canción Lazarus. Estremecía hace cinco años y lo sigue haciendo en la actualidad. El giro genial en el último suspiro de un artista definitivo que convirtió su propio final en un acto de creación total.

Aquel Blackstar, inicialmente recibido con buenas críticas, pasó a verse como algo extraordinario. Otra pirueta de un músico que jugó durante toda su trayectoria al funambulismo, retorciendo el pop y extrayendo siempre nuevo jugo para crear algunas de las obras maestras de la historia. En ese compartimento descansan álbumes como Hunky Dory (1971), The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972), Low (1977) y Scary Monsters (1980), hitos de la cultura del siglo XX. Pero también dejó su rastro en el mundo del cine, la moda y la sociedad.

Hace cinco años fallecía algo más que un simple cantante. Moría alguien que hizo sentir héroes a muchos perdedores. Les llevó a encoger el corazón, mucho tiempo después, cuando atónitos entendieron de qué iba Blackstar.