Lope de Vega ya sufría piratería cultural

G. N. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Lope de Vega, retratado con la cruz de caballero de la Orden de Malta. A la derecha, la edición ilegal que recoge el primer título que figuró en el autógrafo, «Un castigo sin venganza» (y no «El castigo sin venganza»)
Lope de Vega, retratado con la cruz de caballero de la Orden de Malta. A la derecha, la edición ilegal que recoge el primer título que figuró en el autógrafo, «Un castigo sin venganza» (y no «El castigo sin venganza»)

Hallan una edición ilegal con un texto temprano de su drama «El castigo sin venganza»

02 feb 2021 . Actualizado a las 08:46 h.

Aunque los usurpadores no contaban con herramientas tan sofisticadas como las que ofrecen Internet y la era digital, los creadores del Siglo de Oro ya sufrían el pirateo de sus obras, en lo que eran auténticas vulneraciones de los derechos de propiedad sobre su producción intelectual. Tal afirmación queda corroborada por el trabajo de investigadores de las universidades Autónoma de Barcelona (UAB), de Valladolid (UVA) y de Salamanca (USAL), que han hallado e identificado en la Biblioteca Nacional de España un ejemplar único en el mundo, que contiene una primera versión de El castigo sin venganza descartada por el autor, Félix Lope de Vega, y que pudo ser la primera impresión que se hiciera de este texto teatral. «La perfecta tensión dramática de esta tragedia, la profundidad en la caracterización de sus protagonistas y su calidad lírica la elevaban por encima de otras piezas suyas, convirtiéndola no solo en una excepcional obra de madurez, sino en una de las mejores tragedias de todos los tiempos», sostienen los investigadores Alejandro García-Reidy (USAL), Ramón Valdés Gázquez (UAB) y Germán Vega García-Luengos (UVA) en un artículo publicado en la revista Anuario Lope de Vega.

Y es que El castigo sin venganza fue muy especial para Lope de Vega. Tanto es así que el 6 de septiembre de 1635, diez días después de su muerte, se representó en palacio ante Felipe IV. Tenía casi setenta años cuando la remató -aunque todavía sometería el texto a pequeños cambios adicionales- el 1 de agosto de 1631, un tiempo en que empezaban ya a desafiarlo los nuevos poetas -«los pájaros nuevos», decía él-, entre otros, Calderón de la Barca. Para la construcción de su trama bebió de una novella de Matteo Bandello, fuente de la que había echado mano durante años para otras comedias. Ya desde el título dialoga con ciertos dramas de la época que «articulaban esas coordenadas de tragedia y honor en torno a la idea de venganza».

Manuscrito de Boston

En la Biblioteca Pública de Boston se conserva el manuscrito autógrafo, que se puede consultar en la Red. Es considerado por los estudiosos una inestimable joya de mano del propio Lope, pues contiene tachaduras, adiciones, correcciones y reescrituras, que permiten seguir su proceso creativo. Pero lo que ahora se ha encontrado tiene también, según los expertos, un interés enorme, por todo lo que implica: muy probablemente la primera edición de la tragedia, en una edición suelta -no en un volumen de doce obras, las usuales «partes de comedias»- y desconocida hasta ahora.

La edición fue ilegal, pirata, subrayan los investigadores, ya que carece de los obligatorios datos de imprenta, lo que hasta ahora había ocultado su importancia y dificultado su conocimiento. «Es muy posible que esta nueva edición derive de lo que se conoce como un manuscrito de compañía temprano, es decir, un manuscrito de los que se copiaban en las compañías de teatro para su puesta en escena», detallan estos especialistas.

Su hallazgo subraya el gran interés que el texto despertó incluso antes de que la obra alcanzara su redacción definitiva. Aprovechando ese éxito cosechado, y en una operación digna de un publicista actual, el impresor añadió tras el título un lema que decía Cuando Lope quiere..., y que parece aludir precisamente a «ese ambiente de rivalidad que enfervorecía al público del que era el gran entretenimiento de masas de la época, el teatro». Es la primera edición que usa este lema. Hasta ahora solo se había documentado en una mucho más tardía.

Según García-Reidy, Valdés y Vega, la edición descubierta pudo ser la primera impresión de la obra de Lope, lo que se denomina edición príncipe (editio princeps, en latín). «El texto del impreso debió de originarse muy tempranamente, incluso antes de las primeras ediciones conocidas hasta ahora, porque recoge el primer título que figuró en el autógrafo Un castigo sin venganza (y no El castigo sin venganza) y, por otro lado, lo que resulta muy significativo, la primera versión del final, en que Lope tachó varios versos para reescribirlo y perfeccionarlo. Esta versión, menos impactante, pues no muestra en escena los cadáveres de los amantes protagonistas, y con intervenciones más breves, no la recoge ninguna otra edición, ni las que hasta ahora se creían las primeras, promovidas por el propio Fénix de los Ingenios, como la suelta de Barcelona en 1634 y la primera en colección, en la Parte XXI de Comedias», explica Ramón Valdés, director del Grupo de investigación sobre Lope de Vega en la UAB que fundó Alberto Blecua en 1989.

Denuncias

El análisis riguroso demuestra que la edición identificada se estampó en Sevilla, por entonces parte del Reino de Castilla, donde desde 1625 no se autorizaba la impresión de comedias por su cuestionable moralidad. Fueron muchas las que durante esos años de suspensión de licencias se imprimieron ilegalmente en la capital hispalense. El negocio ilegal de impresos teatrales, sin datos de imprenta, o falsos, fue denunciado repetidamente por los dramaturgos, incluido el propio Lope en el prólogo de la edición que él promovió en 1634 de El castigo sin venganza. A juicio de los expertos, tal vez esta suelta ilegal sevillana fuera precisamente lo que empujó a Lope a publicar su edición (en Barcelona, para esquivar la prohibición castellana).