«Q: En el ojo del huracán»: La serie que busca desenmascarar al cerebro detrás de Qanon

Magdalena Tsanis MADRID / EFE

CULTURA

DOUGLAS CHRISTIAN | Zuma Press

Una serie documental se adentra en los orígenes del movimiento  para ver quién está detrás de él

23 mar 2021 . Actualizado a las 08:57 h.

Tres años ha dedicado el estadounidense Cullen Hoback a investigar a Qanon, colectivo surgido en foros de Internet que alienta teorías conspirativas de extrema derecha y que cobró especial protagonismo en las pasadas elecciones en EE.UU.; el resultado es una serie documental que acaba de estrenar HBO.

A lo largo de seis episodios, Q: En el ojo del huracán se presenta como una investigación periodística, pero es visible la huella de su productor, el oscarizado Adam McKay, experto en convertir en cine de entretenimiento la trastienda política estadounidense (La gran apuesta, Vice).

Q puede defraudar las expectativas de quien espere un análisis de fondo sobre la influencia real de Qanon en la sociedad estadounidense y las razones de su éxito, aunque ofrece acceso directo a varias figuras clave de su universo.

Algunas de ellas son Fredrick Brennan, un estadounidense de 27 años con una enfermedad congénita que atrofia el crecimiento, desarrollador de software y creador del foro 8chan que acogió al misterioso Q; y los actuales gestores de ese foro, Jim y Ron Watkins, padre e hijo, empresarios un tanto extravagantes afincados en Filipinas.

Hoback cede a la tentación de deleitarse en el frikismo de esos personajes, un poco al estilo Tiger King que tan buen rédito le dio a Netflix, pero su aproximación puede resultar poco apropiada para un tema como Qanon, que ha supuesto una amenaza real en la vida pública, pese a lo disparatado de sus planteamientos.

La serie arranca con la genealogía del movimiento: todo empezó un 28 de octubre de 2017 con un mensaje en el foro 4chan que predecía el inminente arresto de Hillary Clinton por supuesta pedofilia y corrupción utilizando un lenguaje críptico y sujeto a interpretaciones.

El mensaje iba firmado con la letra Q, usada por funcionarios con acceso a información clasificada de máximo nivel. El acrónimo QAnon se completa con la abreviatura de «anónimo», Anon.

Quien firmaba como Q decía poseer documentación gubernamental secreta, pero nunca ha mostrado pruebas. Solo daba pistas, que sus seguidores llaman «migas» y son ellos, autodenonominados «panaderos», quienes con esos indicios «hornean» respuestas a los enigmas.

Los seguidores de Q ejercían como propagadores de sus mensajes a través de otras redes más populares como Youtube, mensajes que daban a entender que Donald Trump era cómplice del movimiento y había llegado a la presidencia para acabar con el Estado corrupto.

Algunos de esos «qtubers» son entrevistados también por Hoback, entre ellos una pareja de exvotantes de Obama. Sustentan sus teorías -pedofilia, satanismo, clásicos de la propaganda- en un sentimiento de decepción con la política y con los medios de comunicación tradicionales.

El documental sugiere que detrás de la Q pueda haber habido varias personas y que se propagó por efecto bola de nieve. La posibilidad de que todo partiera de una broma se basa en los parecidos con la novela Q, un libro sobre conspiraciones en la Europa medieval publicado en 1999 por el colectivo de escritores Proyecto Luther Blissett.

Pero sus consecuencias han llegado a ser trágicas, el documental vincula a este movimiento, por ejemplo, los atentados contra las mezquitas de Christchurch en Nueva Zelanda en marzo del 2019, además del reciente asalto al Capitolio.

La serie es interesante en la medida en que ofrece información y testimonios de primera mano del universo Qanon, pero en ocasiones Hoback parece perderse en su propio laberinto y, al primar el entretenimiento, cabe preguntarse hasta qué punto alienta la desinformación que denuncia.

Q: en el ojo del huracán se estrenó con dos episodios el lunes 22 de marzo, y los restantes llegarán cada lunes consecutivo.