«Los traductores»: Toda traducción es una traición

eduardo galán blanco

CULTURA

magali bragard

Pese a sus fallos, la película de Régis Roinsard es entretenida y un encendido homenaje a Agatha Christie

14 abr 2021 . Actualizado a las 09:19 h.

Agatha Christie se esconde en cada esquina de las peripecias argumentales de Los traductores. Y se podría decir que, junto a Puñales por la espalda, estamos ante uno de los más encendidos homenajes a la obra de la abuelita de las masacres que hayamos podido ver en los últimos años.

Los traductores cuenta la historia de un editor borracho de poder al que le ha caído en las manos el mayor best seller literario de la historia de la edición. Ya se han publicado las dos primeras partes del thriller multimillonario, escrito por un autor anónimo cuya identidad es pasto de las investigaciones de fieles fans. Y, ya con la tercera entrega de oro entre las uñas, el editor mefistofélico decide luchar contra la piratería y juntar en régimen casi esclavista, en un castillo francés aislado -perteneciente a un ruso súper rico que es fan de la serie policíaca- a nueve traductores, para que la edición de Dédalo no caiga en manos de los hackers.

Los nueve «negros» -o «negritos»- traducirán del francés simultáneamente, durante dos meses, sin hablar con nadie, sin móviles, bien vigilados por los guardaespaldas rusos del dueño de la mansión. Pero, claro, los capítulos se filtran de todos modos. Y, como no podía ser menos, también empiezan a aparecer muertos en esa especie de «isla del Negro» en que se ha convertido la mansión.

La película no es brillante en absoluto y sí un poco tramposa. Pero resulta muy entretenida. Los actores están mal dirigidos, pero tiene gracia el reparto, en la práctica una suerte de ONU por aquello de los idiomas y la financiación de la coproducción. Y, como adelantábamos, todo en el filme son homenajes. El seudónimo del autor aclamado es Oscar Brach -el director de Los traductores se declara fan de Polanski y de su guionista Gérard Brach-, la música de la película nos remite a la que hizo Bernard Herrmann para ¿Quién mató a Harry?, la más christiana de las películas de Hitchcock. Y, muy avanzada la acción, en un afortunado flashback de infancia, descubrimos que la vocación literaria del verdadero autor de Dedalus fue Asesinato en el Orient Express.

Como en muchas historias de Agatha Christie, el tema principal de Los traductores es la traición: a quien eres, a quienes te ayudaron a ser lo que eres, la traición al padre y hasta al lector. Tampoco este punto está bien conseguido, pero, ya sabemos, que toda traducción es una traición.

«LOS TRADUCTORES»

[«LES TRADUCTEURS»]

Francia-Bélgica-Italia- Reino Unido, 2019.

Director: Régis Roinsard.

Intérpretes: Lambert Wilson, Olga Kurylenko, Alex Lawther, Riccardo Scamarcio, Sidse Babett Knudsen, Eduardo Noriega, Patrick Bauchau, Maria Leite.

Thriller. 105 minutos.