Abramovic agradece el Premio Princesa: «La vida de un artista requiere sacrificio y plena dedicación»

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CULTURA

Marina Abramovic
Marina Abramovic Manuel H. de León

La artista serbia dice sentirse «conmovida, honrada y orgullosa» por el galardón

12 may 2021 . Actualizado a las 19:19 h.

La serbia Marina Abramovic, distinguida este miércoles con el Premio Princesa de las Artes 2021, ha afirmado que «la vida de un artista no es tarea fácil» y «requiere sacrificio personal, plena dedicación y compromiso con su trabajo».

«Me siento conmovida, honrada y orgullosa de haber recibido este prestigioso premio», han sido las primeras palabras de este icono del arte contemporáneo y máximo exponente de la «performance», según declaraciones difundidas por la Fundación que lleva el nombre del título de la heredera de la Corona.

Abramovic, que ha recibido el galardón por ser una de las creadoras más emocionantes de nuestro tiempo y por la valentía con la que se entrega a su público, ha asegurado que obtener el Princesa de Asturias es «un gran honor y reconocimiento» en este momento de su vida y carrera.

Varios museos españoles han acogido trabajos de la artista serbia Marina Abramovic, premiada hoy con el Premio Princesa de Asturias de las Artes, y otros tienen obras suyas en sus colecciones, pero también ha protagonizado desde un taller de performance en una casa rural a una muestra sobre Santa Teresa, pasando por una ópera.

En 2002 ofreció por primera vez en España el taller de performance «Cleaning the House» (Limpiando la casa) en una casa rural de la localidad lucense de Antas de Ulla, organizado por el Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) en el que veintiocho participantes se mantuvieron totalmente aislados del exterior durante siete días.

Durante las primeras jornadas no pudieron comer o hablar, bebieron entre dos y tres litros de líquido y ejecutaron ejercicios propuestos por Abramovic para después, una vez alcanzado el pretendido estado de conciencia, expresarlo en creaciones artísticas.

Varios años después, en 2009, quiso «elevar el espíritu del espectador» con su exposición «The Kitchen. Homage to Saint Therese» (La cocina. Homenaje a Santa Teresa) en La Fábrica Galería de Madrid, compuesta por nueve fotos de gran formato tomadas por el italiano Marco Anelli de sus «performances» en la abandonada cocina del Monasterio de La Laboral -centro de arte contemporáneo- de Gijón y de un vídeo de ocho minutos.

Según explicó su autora en la inauguración, el motor de este trabajo, que más tarde llegaría también a Barcelona, era su curiosidad por la vida de Santa Teresa de Ávila, de la que le atrajo «su capacidad para levitar, su devoción y su amor por Jesús» y «el control de su cuerpo».

También el Quijote fue protagonista de uno de sus trabajos, aunque en esa ocasión por encargo de Ingenio400, concurso organizado por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, la Obra Social de Caja Madrid y La Fábrica en el que se la invitó, junto a otros cinco artistas, a elaborar una pieza inédita al respecto.

En Madrid se recuerda su participación, junto con el actor Willem Dafoe y el cantante Antony, en la ópera representada en el Teatro Real en 2012 «Vida y muerte de Marina Abramovic», del creador y director Robert Wilson. Este encargo del coliseo madrileño, que fue recibido con bravos y aplausos, era un viaje espiritual por paisajes de la memoria de ella.

Era la sexta vez que Abramovic pedía a un director que hiciese una obra sobre su biografía, aunque Wilson, en vez de centrarse en su faceta artística, lo hizo en su vida, repasando su infancia y juventud en la Serbia comunista y su relación con su madre, con el artista alemán Ulay y con Paolo Canevari, para acabar imaginando su funeral.

No era la primera vez que se subía a un escenario español, ya que en 1998 protagonizó en el Teatro Rialto de Valencia el espectáculo multimedia «Biography», en el que utilizaba serpientes pitón y perros dóberman, mientras se «dibujaba» el cuerpo con un estilete para escenificar su biografía personal y artística.

Abramovic ha protagonizado varias exposiciones en grandes museos de España, como la del Guggenheim de Bilbao «Seven Easy Pieces» (Siete piezas fáciles), en las que recreó trabajos de artistas pioneros de la performance en los años 60 y 70 y aportó además dos obras propias en 2005, y en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga, que acogió en 2014 «Holding Emptiness», colección de fotos, vídeos y dibujos inéditos de sus viajes a Brasil.

Asimismo su obra se ha presentado en galerías como La Gallera de Valencia, escenario en 1998 de la videoinstalación «La Caza», una pieza visual y sonora compuesta por monitores y proyectores concebida especialmente para esa sala; formaba parte del proyecto general «El Puente», con el que la artista quiso establecer una serie de nexos de índole virtual o transitoria no solo entre Alicante y Valencia, sino también dentro de su propia evolución como artista.

O La Fábrica (Madrid), que exhibió en 2007 tres imágenes de gran formato y dos vídeos de la serie «Balkan Erotic Epic», en los que indagaba en la trascendencia del erotismo en la cultura popular balcánica.

Sus admiradores han podido disfrutar además de su trabajo en múltiples muestras colectivas: La NO Comunidad, organizada por CentroCentro (Madrid) en 2018 para abordar modo de ensayo el tema de la soledad desde el cuestionamiento de la idea de comunidad; «Existencias», del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC), una reflexión sobre el coleccionismo, o «Heroínas» (2011) del Thyssen-Bornemisza.

También su trabajo estuvo presente en la exposición grupal sobre mujeres con la que la Fundación Canal de Madrid celebró en 2020 y de forma especial por la pandemia el Día Internacional del Museo y, desde el pasado abri,l se pueden ver algunas de sus fotos en el Museo de Bellas Artes de Bilbao dentro de «Womanology».

El Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear de Cáceres cuenta con obras suyas en su colección y el Reina Sofía ha comprado trabajos de esta artista en ARCO, en cuya vigésimo sexta edición fue galardonada por la Asociación Española de Críticos de Arte con su Gran Premio al mejor artista internacional vivo.

Son algunas muestras del interés que esta «pope» del arte conceptual contemporáneo despierta en organizaciones culturales públicas y privadas de España, país que ha visitado en varias ocasiones.

Cuando regresó para inaugurar en Málaga «Holding Emptiness», indicó que para ella era como «volver a casa» porque los españoles son «muy emotivos» y es lo que se necesita para que la gente interprete sus obras de forma «adecuada».