El sueño truncado de Charlie Chaplin

H. J. Porto / M. Ferreiro REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Un siglo de historia: de United Artists a Amazon. Douglas Fairbanks, Mary Pickford, Charlie Chaplin y D.?W. Griffith unieron sus fuerzas en 1919 para fundar United Artists (UA) y poder así controlar sus producciones para no depender de los intereses comerciales de los estudios. La MGM adquirió UA en los años 80 en un proceso muy complejo, con numerosos vaivenes. Ahora el magnate Jeff Bezos se ha hecho con la Metro
Un siglo de historia: de United Artists a Amazon. Douglas Fairbanks, Mary Pickford, Charlie Chaplin y D.?W. Griffith unieron sus fuerzas en 1919 para fundar United Artists (UA) y poder así controlar sus producciones para no depender de los intereses comerciales de los estudios. La MGM adquirió UA en los años 80 en un proceso muy complejo, con numerosos vaivenes. Ahora el magnate Jeff Bezos se ha hecho con la Metro

Con la compra de los estudios cinematográficos MGM (Metro-Goldwyn-Mayer) por el magnate Jeff Bezos, se impone el control de las tecnológicas sobre el viejo Hollywood

28 may 2021 . Actualizado a las 19:38 h.

Han cambiado mucho las cosas en el viejo Hollywood. Ya en sus inicios -hace cien años- se hizo patente la batalla entre los grandes estudios y los artistas por el control de las creaciones. Directores y actores luchaban contra la concentración del capital, contra el excesivo poder que acumulaban las compañías. Fue así como Douglas Fairbanks, Mary Pickford, Charlie Chaplin y D. W. Griffith -cuatro figuras del cine mudo- fundaron United Artists (UA) para mantener la capacidad de decisión sobre sus proyectos. Es cierto que UA acabó situada entre las majors que acapararon el negocio cinematográfico durante el siglo XX: Columbia, 20th Century-Fox, Warner Bros., Paramount, Universal, Metro-Goldwyn-Mayer y RKO. Además de las estrellas -a las que fichaban y tenían en nómina, casi en propiedad, como ocurre actualmente con los jugadores en un club de fútbol-, trataban de manejar a distribuidores y exhibidores en su beneficio.

MGM adquirió en 1981 UA, en lo que fue solo un anticipo de fusiones, compras y cambios de accionariado, que confirmó en 1989 el conglomerado japonés Sony al hacerse con Columbia. Esta incursión fue considerada chovinistamente una operación arribista y hasta sacrílega. Pero los nuevos ricos siempre acaban haciéndose un sitio entre el dinero antiguo. Salvo que Sony, en vez de aprovechar su tirón tecnológico, jugaba con las mismas cartas que las majors y no dio el salto a Internet y la telefonía móvil con suficiente agilidad. Las cintas VHS, las cámaras de vídeo y las cadenas musicales hi-fi son hoy parte del museo de la historia. Ni siquiera la absorción del fabricante sueco Ericsson en el 2012 le garantizó competir entre iguales con Apple y Samsung.

Mientras, el cable, la telefonía y la televisión (Viacom, Comcast y AT&T) se posicionaban fuertemente en Hollywood, como un anuncio de lo que llegaría después. Sí, las plataformas de contenidos web y streaming han invadido el sagrado ecosistema cinematográfico y cambiado las reglas, sobre todo, al romper los escenarios de la distribución y la exhibición, para acabar tomando también las riendas de la producción. La pandemia ha acelerado un proceso en el que descuella Netflix (y HBO) como ejemplo más extremo de un nuevo modelo de negocio para el cine y la televisión. Solo algunos dinosaurios de Hollywood levantaban la voz apelando al romanticismo de las salas de cine, pero enseguida Scorsese claudicó ante Netflix con El irlandés. ¿Y quién de la vieja guardia puede tener hoy su fuerza?

El que David Fincher rodara Mank (el guion escrito por Jack Fincher, y que este no pudo filmar) gracias al apoyo de Netflix es toda una paradoja de este tiempo: ha tenido que venir una web advenediza a contar la gran historia de Herman J. Mankiewicz, Welles, la RKO y Ciudadano Kane.

El león de la Metro, en un rodaje de 1928. A la derecha, Bezos, dueño de Amazon
El león de la Metro, en un rodaje de 1928. A la derecha, Bezos, dueño de Amazon MGM | Reuters

La compra de la Metro por Amazon (por menos de 7.000 millones de euros) es solo una confirmación de que la primera fuente de ingresos de MGM será el streaming, pero ya incorporadas sus 4.000 películas y 17.000 capítulos de series al fondo de catálogo del gigante de Jeff Bezos.

Si los Óscar se resisten a las producciones de las plataformas, pues compras Hollywood y sus clásicos. Lo verdaderamente importante hoy es controlar los canales y la tecnología para mostrar el cine, aunque sea en pantalla pequeña, y llevarlo a los hogares.

Como excepción que ratifica la norma, queda Disney, un caso de abrumador éxito de adaptación darwiniana: de ser un pequeño estudio de animación impulsado por un genial pionero (con apenas su Mickey Mouse) a dominar el mercado (absorbe más del 50 % del negocio cinematográfico mundial) tras una ambiciosa política en las compras (Marvel, Pixar, Fox...) y un audaz proyecto de contenidos en streaming.