«Un lugar tranquilo 2», sufrir en silencio

Sabela Pillado

CULTURA

Fotograma del filme «Un lugar tranquilo 2».
Fotograma del filme «Un lugar tranquilo 2».

John Krasinski demuestra como realizador controlar los resortes del susto fácil y predecible, con saltos en la butaca programados y calculados como un reloj

23 jun 2021 . Actualizado a las 08:53 h.

Sufrir en silencio. Eso es lo que hacen los personajes -y los espectadores, agradecidos- de las dos películas que suponen la afortunada incursión en la dirección del cine de terror del actor John Krasinski. Lejos de pomadas milagrosas (como la de aquel famoso anuncio que llevaba la citada consigna por bandera), para los protagonistas no parece haber alivio para sus males, más allá de la prevención que es para ellos el silencio… Para todo este sufrimiento, Krasinski ha liado a la que es su mujer fuera de las pantallas (una siempre eficaz Emily Blunt), un par de niños (ojo a la niña con sordera, Millicent Simmonds, que comparte condición en la vida real y que apunta maneras), un bebé y poco más, y los sitúa en un mundo posapocalíptico para que huyan ante unos alienígenas con muy mala leche que se guían únicamente por el sonido, y que han aterrizado en la Tierra para exterminar por mero placer a una humanidad muy ruidosa.

Un lugar tranquilo tomaba estos ingredientes y construía con ellos un drama intimista en torno a la familia, con escasos medios, actores y escenarios, consiguiendo sin embargo un dominio absoluto en la creación de un clima de tensión, apoyado especialmente en los efectos de sonido y en las interpretaciones (para el recuerdo, la terrorífica escena de parto). Todo ello lo alejaba de los filmes de terror del montón, y generaba una aceptación en crítica y público que dio pie a esta segunda parte.

Partiendo de un listón alto, Un lugar tranquilo 2 se abre con un prólogo de altura, y se desarrolla de un modo más que aceptable, aunque haya perdido la novedad de su argumento. Hay más recursos, y por tanto más espectáculo, pero por suerte sigue dominando la tensión dramática, el suspense y la transmisión de angustia. Sí que puede ser más de lo mismo, pero Krasinski demuestra controlar los resortes del susto fácil y predecible, con saltos en la butaca programados y calculados como un reloj, así como el montaje paralelo (a tres bandas) para sumar estrés. Y ya de paso, dejando la puerta abierta a una futura tercera parte.

«A QUIET PLACE: PART 2»

EE.UU., 2020.

Director: John Krasinski.

Intérpretes: Emily Blunt, Cillian Murphy, Millicent Simmonds, Noah Jupe, Djimon Hounsou.

Terror, ciencia ficción.

97 minutos.