Cuarenta veranos azules

CULTURA

11 ago 2021 . Actualizado a las 09:10 h.

Los silbidos de la pandilla en bicicleta más famosa de la televisión vuelven a sonar en las tardes de estío de La 2 para veteranos nostálgicos de la EGB. La enésima reposición de Verano azul coincide esta vez con el cuarenta aniversario de la primera emisión de la serie de Antonio Mercero, pero TVE no necesita la excusa de una efeméride redonda para llenar cada año un hueco de la programación estival con una de sus producciones más icónicas.

Ahora que los atracones de series hacen que muchas de las tramas y personajes pasen sin dejar huella en el espectador, la sombra de los recuerdos infantiles se hace más grande de la mano de una historia y unos personajes que sí han perdurado. Verano azul fue una ficción fiel a su época, rompedora por entonces, y no es preciso que vengan los chistes fáciles a subrayar su obsolescencia. Cómo no verla hoy anticuada a través de los ojos de los más jóvenes, que ven discordancias incluso en Friends, otro básico de las reposiciones pero mucho más moderno. Como ocurre con cualquier clásico, Verano azul rezuma el patriarcado, el clasismo y la discriminación que presidían la sociedad antes de pasar los filtros de lo políticamente correcto. Es un aviso de que el mundo no fue siempre como es ahora. Y un recordatorio de que antes de Netflix ya se hacía muy buena televisión.