David Safier: «Angela Merkel tiene las cualidades para ser una gran detective»

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Safier está a punto de terminar la segunda novela de la detective Merkel.
Safier está a punto de terminar la segunda novela de la detective Merkel. Isabel Infantes | Europa Press

El escritor alemán la convierte en una mezcla de Colombo y Miss Marple en su novela «El caso de la canciller jubilada»

10 oct 2021 . Actualizado a las 09:50 h.

Tras retirarse de la política, Angela Merkel se instala, junto a su marido, su guardaespaldas y su perro Putin en un plácido y aburrido pueblo rural alemán. Pero se comete un asesinato y la excanciller se convierte en detective para descubrir al criminal. Este es el argumento de Miss Merkel. El caso de la canciller jubilada (Seix Barral) de David Safier (Bremen, 1966), autor de Maldito karma, que ha vendido más de cinco millones de ejemplares de sus libros en Alemania. Está a punto de terminar la segunda novela protagonizada por la detective Merkel y piensa en una tercera entrega.

-¿Cómo se le ocurrió escribir una novela con Angela Merkel en el papel de detective?

-Era el 2019, sabíamos que Merkel no se iba a volver a presentar y entonces mi agente y yo nos preguntamos qué haría luego esta mujer. Pensamos que, desde luego, no iba a aceptar un puesto en una empresa, seguro que se retiraría de la política del todo. Por la noche estaba viendo la serie del teniente Colombo y me dije esto encaja con ella. Colombo es muy inteligente, pero le minusvaloran, como a Merkel, que también lo es pero ha sido infravalorada permanentemente por sus adversarios políticos, y al final les ha vencido a todos. También pensé en la cercanía con Miss Marple, que es una señora jubilada, muy inteligente e infravalorada. Como la gente los minusvalora les dan más información. Sherlock Holmes también está ahí. Los ejemplos que he seguido son los detectives clásicos.. Merkel tiene las cualidades necesarias para ser una gran detective.

-¿La Merkel de la novela se parece a la real?

-En Alemania llevamos conviviendo con Merkel desde hace décadas; mis hijos, que tienen 26 y 22 años, no han llegado a conocer a ninguna otra canciller. Es como el tiempo, que siempre nos rodea. Todos los alemanes se han hecho una imagen de ella como política y como persona. De lo que no tenemos prácticamente información es de cómo es en privado. Solo que tiene miedo a los perros, que le encanta cocinar, hacer repostería y la región de Uckermark. Esa falta de información me ha permitido tener muchísima libertad. He cogido algunas de las pocas cosas que sabemos de ella en ese apartado y lo que conocemos como política y me lo he inventado. Mis lectores alemanes me dicen que es justo como se la imaginan. También me dicen que esperan que el matrimonio sea tan bueno como el que se describe en el libro.

-¿Por qué gusta tanto a la gente sin ser especialmente simpática ni carismática?

-Conozco a mucha gente que no vota a su partido, pero a pesar de todo la admira. Tengo un vecino comunista y siempre me dice que es la mejor política que tenemos. Yo voto a los verdes y también la admiro. Es una mujer íntegra, que no está en política por dinero ni por poder, porque si fuera así no se habría ido voluntariamente. La gente valora muchísimo que se haya podido imponer frente a esos hombres testosterónicos. Se valora incluso el hecho de que no sea carismática. Además, la gente cree que es honesta y les gusta su estilo político. Ha hecho muchas cosas que en su propio partido consideraban que no eran correctas, por ejemplo después de Fukushima decidió abandonar la energía nuclear, eliminar el servicio militar obligatorio y dejar que entrasen en Alemania un millón y medio de refugiados diciendo ‘nosotros lo conseguiremos’. Durante la crisis del coronavirus ha sido una de las pocas políticas que tenía claro hacia dónde ir. Esas cosas las valora gran parte de la población, pero no siempre su partido.

-En la novela aparece una Merkel amable y con sentido del humor, pero en la crisis del 2008 mostró que puede ser inflexible, imponiendo la austeridad a los países del sur de Europa.

-Sé perfectamente que la política la política de austeridad creó grandes problemas a países como Grecia o España, pero hay que decir honestamente que los alemanes, por regla general, están en contra de dar dinero a otras naciones. En su propio partido hubo muchas voces que dijeron a Merkel que lo que había que hacer es echar a Grecia de la UE. La crítica en Alemania va más bien dirigida a que se está dando demasiado dinero a otros países.

«La gente que la conoce dice que tiene sentido del humor»

Su editorial envió la novela a Merkel, pero Safier no cree que la haya leído, «porque lo recibió a principios de marzo, cuando estábamos en una crisis fuerte del coronavirus, pero pienso que la puede leer cuando se aburra como jubilada».

-¿Qué cree que hará Merkel realmente ahora tras dejar la política?

-Creo que le van a ofrecer muchos cargos políticos, pero no aceptará ninguno. Sí podría desempeñar un papel como mediadora si surgiera una crisis internacional importante, por ejemplo que pudiera desembocar en una guerra. Pero no la veo con un puesto fijo en una institución. Me imagino que dará charlas y conferencias en las universidades y desde luego no hará lo que hizo su antecesor, Gerhard Schröder, que se fue a trabajar en la gasista estatal rusa Gazprom. No creo que escriba sus memorias. Quizá dentro de diez años podría ocupar el puesto de presidente de la república, pero solo quizá.

-¿Tiene sentido del humor?

-La gente que la conoce dice que tiene sentido del humor. A mí me han contado que cuando la visitó una delegación estadounidense en la cancillería salió a la terraza, señaló la embajada de Estados Unidos y dijo que con la antena que tienen en el tejado están espiando mi móvil (en el 2013 se supo que los servicios secretos de ese país habían pinchado su teléfono). Todos se rieron.

-En la novela hay guiños divertidos como que el perro de Merkel se llame Putin.

-Tuve que pensar con quién iba a vivir Merkel, además de con su marido, y siempre es una buena idea que una jubilada tenga un perro. Precisamente porque sabemos que tiene miedo a los perros y que Putin soltó el suyo cuando se reunieron para tratar de asustarla me pareció muy divertido ponerle ese nombre.

-Otra de las partes más divertidas del libro es la relación acaramelada de Merkel con su marido, al que llama «bizcochito».

-Lo hice porque me encantaría que la relación fuese así. Es que me he divertido muchísimo escribiendo el libro y le he añadido un poco de corazón. Consideré que era muy importante integrar en el personaje una serie de cosas con las que nos podemos identificar todos. Por ejemplo, que Merkel quiera encontrar una amiga o que no le resulte difícil pasar de repente a ser una jubilada. Quería describir a una Merkel humana que permitiera al lector identificarse de alguna manera con ella. Podría haber hecho un personaje más frío, menos emocional, como Sherlock Holmes, pero el toque que le he dado me gusta más.

«En Alemania la ultraderecha del AfP es un partido de nazis»

¿Quién formará gobierno en Alemania tras la marcha de Merkel?

«Nuestros liberales lo son sobre todo en materia económica, cuando se trata de otras cuestiones, como política financiera, fiscal o social, sus ideas no coinciden para nada con las de los socialdemócratas ni las los verdes. Es muy difícil de imaginar que los tres se puedan unir.», señala Safier. «Podría ser más sencillo, si los democristianos no estuvieran tan débiles, llegar a una coalición Jamaica con los verdes, pero el problema ahí es que gran parte del dinero iría a combatir el cambio climático, que es lo más importante para ellos. También hay diferencias en política social», explica. «Al final podemos acabar en una gran coalición, pero con otro liderazgo», concluye el autor alemán.

-En Alemania todos los partidos han puesto un férreo control sanitario a la extrema derecha, a diferencia de España. ¿Por qué?

-Es que AfD es un partido de nazis. Son fascistas, gente a la que le gustaría incluso demoler la república alemana tal como la conocemos. Hay un grupo muy fuerte dentro de ese partido de extrema derecha que piensa así, sobre todo en Turingia y Sajonia. Y cualquier demócrata serio no puede cooperar con esta gente.

-¿Ha votado a Angela Merkel alguna vez?

-Sí, en el 2005, porque prometió que iba a aligerar y hacer menos complicado el sistema fiscal alemán, pero luego no lo cumplió. Me hubiese encantado que se cambiara el sistema para hacerlo más sencillo, porque soy autónomo y lo que tengo que hacer para declarar es tremendo. Parece ser que la mitad de lo que se ha escrito de sistemas impositivos en el mundo se ha hecho sobre el alemán.